comparte

La extraña pareja Monti-Tsipras sube al escenario en Cernobbio: unidos sí pero contra Renzi

TALLER AMBROSETTI – Fue el ex primer ministro Mario Monti quien invitó al líder griego de Syriza a la reunión de los grandes nombres de las finanzas europeas – Los dos, que representan mundos opuestos, intercambian cumplidos e incluso encuentran puntos de contacto: especialmente cuando se trata de juzgando la política de Renzi que despiadadamente llenan de críticas.

La extraña pareja Monti-Tsipras sube al escenario en Cernobbio: unidos sí pero contra Renzi

No es noticia tanto la presencia de Alexis Tsipras, cuyo debut en el taller Ambrosetti de Cernobbio, rigurosamente sin corbata, causó sensación al menos tanto como el de Gianroberto Casaleggio el año anterior. “Creo que es una buena evolución que me hayan invitado aquí para escuchar una voz diferente. Quizás entiendan que algo no va bien en Europa”, dice con orgullo el líder de Syriza, la coalición de izquierdas que ganó el máximo partido en Grecia en las últimas elecciones europeas.

La verdadera noticia es que después de un primer día del taller de Ambrosetti lleno de elogios para Mario Draghi primero pero también para el primer ministro Matteo Renzi (aunque con muchos "si" y "peros"), esta vez el exalcalde de Florencia, gran ausente de la reunión de los grandes nombres en el lago de Como -a la que prefirió una visita a la nueva fábrica de la grifería Bonomi de Brescia- termina atrapado en el fuego cruzado de dos mundos que no pueden ser más opuestos: ese del establishment europeo, representada por el ex primer ministro Mario Monti, y precisamente la del joven político griego, que afronta sin miedo uno de sus primeros enfrentamientos oficiales con el universo financiero.

La extraña alianza, la de Monti y Tsipras. Fue precisamente el senador vitalicio italiano, a menudo acusado de haber hecho el juego a la llamada "Europa de los bancos" durante su mandato, quien invitó a Tsipras, líder de una izquierda que, al margen de Grecia, lucha por resucitar. en Europa. Los dos hablan en el mismo panel, el dedicado al "Equilibrio de poder en la nueva Europa", e incluso encuentran algunas convergencias impredecibles: "Monti tenía razón cuando esperaba que la recapitalización de los bancos a través de la ayuda de la UE se produjera con la MEDE, sin que se contabilice en la deuda pública”, dice el joven griego, después de haber dicho también -para ser sincero- que “la política liberal ha fracasado: pocos se han enriquecido a costa de muchos, es hora de volver a una verdadera política de izquierda, que se ocupa de las emergencias sociales. "Tsipras fue uno de los primeros políticos griegos en admitir que la corrupción es uno de los principales problemas de su país", reconoce Monti, que seguramente no habrá compartido el aut aut sobre la moneda única lanzado por el líder de Syriza: "Oh, el el euro cambia, o muere. La austeridad era una trampa, y ahora esa trampa se llama deflación”.

Pero si hay un tema en el que Monti y Tsipras coinciden plenamente es en Renzi. Al fin y al cabo, poco antes del debate entre ambos, el presidente saliente de la comisión de la UE, José Manuel Barroso, había pensado en abrir el balón aclarando los méritos de los antecesores del actual primer ministro italiano: "Quiero rendir homenaje a Mario Monti y Enrico Letta. Gracias a las reformas que han puesto en marcha, Italia ha conseguido salir de las garras de los mercados”. Una postura elocuente, cuando incluso antes de partir hacia Cernobbio Monti ya había arrojado su guante personal. Primero defendiendo su trabajo: “En pocos días mi gobierno implementó reformas de pensiones e impuestos, introduciendo efectivamente un impuesto a la propiedad. Reformas de hormigón, no toboganes. Pero si el gobierno está a la altura, lo mandan a casa”. Luego, lanzando el enésimo pinchazo al actual presidente del Gobierno: "Yo no habría elegido la devolución de los 80 euros como medida importante".

Y la aportación de Tsipras, que también recibe el aplauso de Romano Prodi ("Si Monti no lo hubiera invitado, lo habría hecho yo: si no discutimos estas reuniones no sirven para nada"), no se hizo esperar: "Para a mí los como Renzi me dan miedo: hablan de crecimiento, pero aún no han encontrado el camino. Piden tiempo, pero no es el tiempo que necesitas, es la estrategia. En estos tiempos es imprescindible que vuelva una verdadera política de izquierdas, y a Renzi, que de todos modos necesita tiempo, no le queda suficiente". Las soluciones de Tsipras son conocidas, pero reiterarlas frente a la élite financiera no es tan evidente. En primer lugar, sobre el crecimiento: “No hace falta tiempo, repito, sino soluciones. En mi opinión son principalmente dos: que las inversiones públicas no se cuenten como gasto público en el cálculo del déficit, y que el BCE y el BEI actúen conjuntamente para financiar la economía real de los países periféricos”.

Como su Grecia, para la que reclama un repaso a la historia reciente: “Debería recortarse la deuda pública griega, como efectivamente se hizo a favor de Alemania en 1953”. Alemania salió entonces devastada por la guerra, "mientras que hemos perdido el 25% del PIB en tiempos de paz: obviamente hay algo que no funciona". Tsipras también tiene problemas con la política europea en los frentes de tensión internacional, empezando por Rusia: "La UE no puede permitirse un embargo a Rusia: la Europa que tengo en mente une a los pueblos, no los divide".

Revisión