La acusación es muy grave: haber ocultó a las autoridades fiscales, a partir de 2006 y hasta 2011, unos 3 millones de euros en ingresos y 293 millones en dividendos, a través de la creación de filiales de pura fachada con sede en Holanda e Irlanda, construidas con el único propósito de eludir los impuestos italianos, según la más clásica de las "estrategias de escape", tal como se define en un documento interno de nueve hojas encontrado por los investigadores de la Unidad de Policía Fiscal de Roma.
Por ello, hoy se interpuso una acción contra la alta dirección del gigante del lujo Bulgari. maxi embargo preventivo de más de 46 millones de euros entre recursos financieros e inmobiliarios, incluido el prestigioso edificio en el número 11 de via Condotti, en el corazón de las compras Capitolinas. Las disposiciones de la Guardia di Finanza afectaron a Paolo y Nicola Bulgari, socios históricos del grupo, el actual representante legal de la matriz italiana Maurizio Valentini y su antecesor Francesco Trapani. El cargo en su contra es de declaración fraudulenta.
Sin embargo, Bulgari no desaprovechó la respuesta, que emitió un comunicado de prensa: “Bulgari señala que las sucursales extranjeras que la investigación clasificó como ficticias siempre han sido reales y que juegan un importante papel estratégico dentro del Grupo. De hecho, en estas oficinas trabajan habitualmente unas 300 personas, que cubren las funciones que tienen asignadas”.