No es un momento fácil para Vodafone, que está teniendo dificultades para reaccionar ante los escollos de la situación económica. La operadora de telefonía inglesa, presente en mercados de todo el mundo, registró una ralentización en el primer trimestre (abril-junio) que le obligó a recortar previsiones a medio plazo y realizar saneamientos por 4 millones.
Los ingresos alcanzaron los 9,98 millones, un 0,6% más, por debajo de la previsión de consenso de un crecimiento del 0,9%. En el trimestre anterior, el crecimiento había sido del 2,8%. Las dificultades encontradas en los mercados del sur de Europa, especialmente España e Italia, lastraron el resultado de Vodafone. La acción está perdiendo más del 2% en la bolsa de valores de Londres.