No todo el calor tiene un resquicio de esperanza. El bochornoso y seco verano, de hecho, ha beneficiado a los uvas italianas, que cumplirá, según las estimaciones, con un crecimiento de la producción en torno al 13% anual, recuperando así el descenso productivo el año pasado, mucho penalizando en términos cuantitativos.
Así lo revela el informe de Confagricoltura en los primeros datos de previsión procesados por su cuenta Centro Studi, a partir de la encuesta habitual realizada a varios cientos de empresas, entre las más prestigiosas del panorama bodega nacional.
2015, por tanto, será el año de la recuperación de la vino italiano, principalmente gracias al clima: invierno frío, primavera lluviosa y verano caluroso. El aumento promedio la producción, según estimaciones de Confagricoltura, debería permitir asentarse en 7 millones de toneladas de uva cosechada.