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Vinos: Bruciagna, una gran selección limitada de Castello La Leccia

En el municipio de Castellina in Chianti, en un terreno que una vez perteneció a la familia Ricasoli, la empresa Castello La Leccia se dedica a mejorar las diversas variaciones de Sangiovese. Del Gran Riserva, el producto estrella, solo se elaboran 3000 botellas.

Vinos: Bruciagna, una gran selección limitada de Castello La Leccia

El lugar tiene un encanto increíble. Del Castillo de La Leccia tenemos noticias ya en el año 1077 cuando se instaló allí el noble Rodolfo di Guinzo. Su posición estratégica, ubicada en el centro de un pueblo a 450 metros sobre el nivel del mar en el municipio de Castellina in Chianti en el corazón de la Toscana, inmerso en las colinas de Chianti, entre Siena y Florencia, desde donde la vista se extiende lejos, hizo casi inexpugnable.

A mediados de 1400, el dominio de la familia Ricasoli se extendió al Castillo, así como a una gran parte del área de Chianti Classico. Noticias de incursiones y devastaciones, pero también de la antigua vocación vitivinícola, se pueden obtener de las sentidas cartas enviadas por Andrea Ricasoli, en 1529, durante las sangrientas guerras entre Siena y Florencia: "...tal vez cincuenta sieneses vinieron a uno de mis lugares en Chianti Classico llamado Leccia donde... quemaron lo que había en la casa... y doscientos barriles de vino estaban en la bodega y vertieron todo en los barriles...”.

Viniendo a tiempos más recientes, el antiguo castillo ha perdido su aspecto amenazador inicial, la gran torre ha caído bajo la fuerza de los bombardeos de la última guerra, y hoy hay una espléndida residencia patricia que alberga una lujosa masía rodeada de 170 hectáreas en total. , de los cuales 17 con viñedos y 10 con olivares

Su aspecto exterior ha cambiado, por tanto, pero su vocación de tierra de buenos vinos no ha cambiado.

Suelos infértiles, bien drenados y un clima seco: son elementos clave para obtener uvas de excelente calidad. En esta zona el suelo es pobre, rico en textura y está formado por calizas y margas, un esquisto arcilloso que se desconcha con facilidad y que, en presencia de agua, se disuelve aportando al suelo microelementos especialmente valiosos para la planta. Este tipo de roca tiene una acción moduladora del grado de humedad, tiene características drenantes, pero en épocas de estrés hídrico es capaz de retener un cierto nivel de humedad gracias a sus inclusiones arcillosas.

En estas tierras históricas la empresa produce cuatro etiquetas: el "Vivaio del Cavaliere" (Toscana IGT), el Chianti Classico DOCG, el Chianti Classico Riserva DOCG y "Bruciagna", el Chianti Classico Gran Selezione DOCG, Cuatro grandes tintos, tres de los como Sangiovese basado en la pureza, capaz de saborear la riqueza expresiva de esta vid símbolo de la Toscana. Sangiovese habla el noble dialecto de esa zona específica en la que crece, y a través de la mezcla hábil de las uvas de los diferentes viñedos revela todos los lados de su carácter.

Para la "Gran Selezione" Castello La Leccia, se eligen únicamente las uvas del viñedo Bruciagna: ubicado a cuatrocientos cincuenta metros sobre el nivel del mar, sobre un suelo mayoritariamente arcilloso-arenoso rico en Galestro, este viñedo da su propio bien definido impronta al Sangiovese y consigue mantener constantes sus características independientemente de la añada.

Solo se producen 2015 botellas de Bruciagna Chianti Classico DOCG Gran Selezione 3000. Madura en barricas y toneles de madera francesa durante 30 meses y es un vino que puede envejecer bastantes años. El color es rojo rubí, en nariz emerge la maleza húmeda, elegantes aromas de frutos negros, polvos faciales y especias, notas de café, pimienta verde y romero. Decisivo en boca y envolvente, se aprecia por sus taninos suaves.

La empresa lleva mucho tiempo siguiendo los criterios de la agricultura ecológica y obtuvo la certificación hace siete años. En los viñedos de la empresa, donde se cultivan Sangiovese, Malvasia Nera y Syrah, se reduce al mínimo el uso de cobre y azufre en la defensa fitosanitaria. La cantidad adecuada de sustancias orgánicas para el suelo se asegura de forma natural: la cebada, el trébol y la mostaza crecen entre las hileras, y el compost se obtiene del orujo y los tallos. Porque es creencia muy arraigada en Castello La Leccia que la búsqueda del equilibrio natural del viñedo es fundamental para sacar a relucir todos los matices que ofrece este particular territorio, y por ello incluso las vendimias y las vinificaciones se realizan por separado.

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