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"Una doble verdad": thriller judicial en una atmósfera turbia y apasionante

CINE DE FIN DE SEMANA – El asesinato de un padre y esposo abusivo, el hijo que se acusa a sí mismo, la madre que llama al abogado de la familia Keanu Reaves: los ingredientes del thriller judicial están todos ahí. Solo al final se descubrirá el límite entre la mentira y la verdad...

"Una doble verdad": thriller judicial en una atmósfera turbia y apasionante

“La verdad está en el fondo de un pozo: miras dentro de un pozo y ves el sol o la luna; pero si te tiras abajo ya no hay sol ni luna, ahí está la verdad.” Leonardo Sciascia, El día del búho. Esta cita del conocido escritor siciliano es perfecta para describir brevemente la trama de este nuevo thriller legal que acaba de estrenarse en los cines italianos (se estrenó en Estados Unidos el año pasado). 

La rica línea de películas ambientadas en los tribunales nunca se agota y, para los fanáticos del tema, a menudo no decepcionan. Esta “Una doble verdad” también cumple lo que promete: 90 minutos de discreta tensión en busca de una verdad distinta a la que aparenta. Los protagonistas principales, Keanu Reeves como el abogado, y Renée Zellweger como la madre desesperada, manejan bastante bien el papel (aparte del incomprensible llanto suyo sin lágrimas durante un intenso interrogatorio) y se las arreglan sin infamia y sin gloria.
 
La película gira en torno al asesinato de un padre y marido violento, vulgar y brutal del que se acusa a sí mismo el hijo, que no abre la boca al respecto ante los investigadores y los jueces. Una primera verdad se nos presenta de manera sencilla y llana y las pruebas en su contra no dejan lugar a dudas sobre su culpabilidad. Pero, de hecho, podría haber una lectura alternativa de los dramáticos hechos que llevaron al asesinato del hombre y solo en los compases finales se descubrirá al bueno.

Con un título similar se publicó en 1957 "Las dos verdades", un famoso thriller de Agatha Christie e incluso en esa trama se planteó la duda sobre quién fue el verdadero autor del crimen. Posteriormente, en 1999, se estrenó en los cines la película de Paul Schrader con el mismo título. El título aparece ligeramente abusado y no está claro por qué no se usó la traducción del título original "Toda la verdad", que habría tenido más sentido para comprender la historia. 

Como todas las películas de este género, siempre se espera que la verdad probada, jurídica y cinematográficamente, impecable se manifieste ante los jueces y, en base a lo demostrado, se dicte la sentencia “más allá de toda duda razonable”. En este caso, el cierre deja cierta perplejidad y quedan muchos interrogantes sin resolver pero, en general, en plena temporada estival, es una propuesta cinematográfica que merece la pena aceptar. 
 
Cabe recordar un chiste: "...todos los testigos mienten..." que nos devuelve, dramáticamente, a un tema de gran actualidad sobre la difusión de la mentira, sobre el ocultamiento de la verdad, como formidable instrumento de aniquilamiento masivo. moralidad. Vale la pena mencionar a un director que sabía algo sobre la verdad y la falsedad, Orson Welles, con su "F de falso" de 1973. El tema es importante y merece ser explorado, incluso en el cine.

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