Último discurso a los italianos esta noche en la televisión por el Presidente de la República Giorgio Napolitano para el tradicional mensaje de fin de año.
En la práctica, el de Napolitano será también una especie de mensaje de despedida del país porque en unos meses su sucesor será elegido por el Parlamento después de un glorioso período de siete años en el Quirinale. Napolitano será recordado por la autoridad de su presidencia y también por la obra maestra política e institucional con la que, en pleno cumplimiento de las normas, allanó el camino para el gobierno interino de Mario Monti tras el desastre de Silvio Berlusconi que en noviembre de 2011 había llevó a Italia al borde de la bancarrota.
La reacción de Italia ante las dificultades económicas llevará a Napolitano a apelar al país para que tenga confianza en su futuro, pero ciertamente el Jefe de Estado no dejará de pedir a la clase dominante una gran atención a los grupos sociales más débiles, respetando la política rigurosa que evitaba por defecto.
Por último, Napolitano no dejará de recomendar serenidad ante la inminente campaña electoral al final de la cual el propio Napolitano le encomendará la tarea de formar el nuevo gobierno.