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Türkiye, la caída de la lira asusta a los inversores italianos

El país emergente, que ostentaba tasas de crecimiento entre el 7 y el 9%, ve hoy hundirse su moneda - En 10 años, las empresas italianas en Turquía han pasado de 200 a 975 - También están presentes Unicredit, Pirelli, Fiat y Astaldi - Hoy las más frágiles economía amenaza los balances de las empresas.

Türkiye, la caída de la lira asusta a los inversores italianos

Empresas italianas amenazadas por la lira. No, no es una pesadilla que viene del pasado, sino una promesa fallida del futuro. La lira en cuestión es la turca y las empresas en cuestión -incluso bastante grandes- son las que invirtieron en el país durante los años del auge económico del puente entre Asia y Europa. 

La moneda turca está en caída libre. Pierde un 10 por ciento en comparación con el año pasado, poniendo así el freno de mano en una nación que ha visto tasas de crecimiento entre el 7 y el 9 por ciento. Hasta 2010, Turquía siguió de cerca a los BRICS -Brasil, Rusia, India y China- en la escalada de países emergentes. La Bolsa de Valores de Estambul ganó un 80 por ciento de capitalización desde mediados de 2011 hasta mayo pasado, cuando alcanzó un máximo histórico. 

Este despegue atrajo a muchos, incluidos los italianos. En 10 años, escribe Luca Pagni en La Repubblica, las empresas italianas en Turquía han aumentado de 200 a 975. Y la importación-exportación entre los dos países ha alcanzado los 23,9 millones de dólares, en Europa sólo superada por Alemania. El diario Via Cristoforo Colombo también menciona excelentes casos. Está Unicredit, que se ha hecho con el 41 por ciento de Yapi Credit, un banco con una ganancia de casi mil millones. Está Fiat, que ya en 1971 creó una empresa conjunta entre Tofas, el principal fabricante de automóviles turco, y Turk Tractor, líder en el sector de la maquinaria agrícola.

Está Pirelli, que ha montado una fábrica de neumáticos que exporta el 60 por ciento de su producción y que emplea a casi 2000 personas. Están las farmacéuticas, como Recordati, que ha lanzado una inversión de 35 millones de dólares para su filial turca adquirida en 2010. Y luego, por supuesto, están las infraestructuras, columna vertebral del rápido desarrollo de la nación. El grupo Astaldi, en UTE con la turca Ictas, construirá el tercer puente sobre el Bósforo. Una obra que costará 4,5 millones de dólares y que estará lista en 10 años. 

Hoy, un escalofrío recorre la columna vertebral de los ardientes inversores, italianos y no italianos, en Turquía. La economía es ahora más frágil, al igual que la sociedad -con la dura represión del ejército a las protestas en el Parque Gezi-, la inflación en julio se disparó al 9 por ciento y la lira sigue perdiendo terreno frente al euro y al dólar. Una caída que parece difícil de amortiguar, dados los malos resultados de las intervenciones del banco central, que en pocos días inyectó liquidez al sistema y subió las tasas del 7,25 al 7,75 por ciento.

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