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Türkiye, Erdogan es el mal menor, pero hay que presionarlo

Apoyar a los golpistas habría sido un trágico error que habría desatado una guerra civil en Turquía y allanado el camino para ISIS, pero se debe presionar a Erdogan en términos de derechos humanos y democracia, la cuestión kurda y, por supuesto, la lucha contra ISIS.

Türkiye, Erdogan es el mal menor, pero hay que presionarlo

El golpe de Estado contra Mossadeq en Irán en 1953 resolvió en esa etapa el problema del control angloamericano de los recursos petrolíferos del país y consolidó su retención en el sistema de contención de la Unión Soviética. Sin embargo, todavía estamos pagando las consecuencias de sus efectos a medio y largo plazo. De hecho, estimuló una hostilidad generalizada y creciente contra Occidente en Irán, en todo Oriente Medio y en países que estaban saliendo de la dominación colonial.

Cuando la artificial dicotomía chiíta-suní ya no tenía sentido, el golpe estimuló, entre otros factores relevantes, la radicalización política de los oficiales egipcios que habían derrocado la monarquía pro-británica con apoyo popular. Y el presidente Eisenhower tuvo esta vez la previsión de no dejarse llevar por sus aliados británicos y franceses aprovechando la oportunidad de la crisis de Suez para demostrar a las viejas potencias coloniales que no podían permitirse iniciativas autónomas de retaguardia. El ejemplo egipcio se estaba siguiendo en Siria e Irak. Frente a estos regímenes, Arabia Saudita comenzó a alimentar el fundamentalismo islámico y luego a las fuerzas yihadistas.

La larga ola de hostilidad contra el Sha y los occidentales en Irán produjo la revolución de 1979 con el posterior ascenso entre el wahabismo saudí y el islamismo chiíta apoyado por Irán. Estamos pagando los frutos envenenados de estos acontecimientos, agravados por la intervención en Irak como respuesta equivocada a los ataques a las torres gemelas, hoy.

Erdogan es ciertamente “un hijo de puta“. No tengo que explicar por qué aquí. Pero si alguien en Occidente hubiera cometido el error de inspirar y apoyar a los golpistas turcos al no calcular la guerra civil que se avecinaba si inicialmente tenían éxito, les habría dado a los yihadistas un regalo por el cual una vez más tendríamos que pagar muy caro las consecuencias. Afortunadamente, Obama ha negado esta desafortunada hipótesis y con su oportuna postura ha contribuido decisivamente a evitar el peligro de volver a todo el mundo islámico contra Estados Unidos precisamente en un momento en que se necesita todo su apoyo para derrotar a ISIS y al terrorismo. Espero que no haya nadie en el Pentágono o en cualquier otro lugar que piense lo contrario. Si entonces lo hizo Putin, muy mal por él.

Ahora bien, si todo esto condujera, tal vez no inmediatamente, a una reducción de Erdogan dentro del AKP y nuevas relaciones con el resto de fuerzas políticas (que no se alinearon con el golpe) y con los kurdos, tanto mejor. Y mientras tanto, también para fomentar esta perspectiva, no debemos darle tregua en los temas de derechos humanos, democracia y la cuestión kurda, así como la lucha contra ISIS.

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