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Trump, los bulos de su receta económica

ADVISE ONLY – Del flat tax a la abolición de los impuestos a la propiedad, de los nuevos estímulos a la energía a la deducción total de los gastos sanitarios de los niños pero sobre todo deuda, deuda, deuda: las propuestas de política económica de Donald Trump en radiografías

Trump, los bulos de su receta económica

En los últimos días, al Club económico de Detroit, Donald Trump finalmente ha anunciado el plan económico que pretende implementar en caso de convertirse en presidente de los Estados Unidos de América [sic], un paquete de medidas ya bautizado como trumpismo por los medios estadounidenses. Durante el discurso, no faltaron sorpresas, giros inesperados y ataques directos a la clase dirigente demócrata, incluido el presidente Obama, cuya agenda económica ha sido desestimada como "destructora de empleos, recaudadora de impuestos y generadora de pobreza".

Las propuestas

Trump abordó el tema a su manera, denunciando la desastrosa situación económica de un país en desorden, al borde del precipicio, y luego explicó los ingredientes fundamentales de su receta económica para "Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande". Me lancé a este análisis, con la ayuda del New York Times, para comprender hasta dónde llega la realidad y dónde comienza el mundo de Narnia made in Trump. Estas son algunas de las propuestas y la verificación de hechos relacionada:

1- uno impuesto de tasa única del 15% sobre la facturación de las empresas (en perfecto estilo Salvini), constante e igual para todos, en sustitución de la actual tributación “que llega hasta el 35%, una de las más altas entre los países desarrollados”. Comprobación de hechos: el buen Donald se olvidó de decir que en promedio las empresas estadounidenses pagan el 18,1% del impuesto de sociedades (según el Ministerio del Tesoro).

2- La abolición del impuesto a la propiedad, ahora conocido entre los republicanos como el "Impuesto de sucesiones". Comprobación de hechos: por el momento el impuesto no se aplica al 99,8% de las propiedades en todo el territorio estadounidense, su supresión solo beneficiaría a los ciudadanos más acaudalados, dueños de propiedades de lujo.

3- Nuevo incentivos al sector energético, aumentando la producción de combustibles fósiles y acabando con aquellas "políticas medioambientales que hacen subir el precio de la electricidad, limitando el uso del carbón y otros combustibles fósiles". Comprobación de hechos: el precio de la electricidad en realidad aumentó un 2,2% de 2008 a 2015 (es decir, muy, muy poco) y el organismo federal de energía prevé que este año el precio baje 18 centavos por kilovatio/hora. Superfluo, entonces, subrayar cómo Trump quiere favorecer el uso de combustibles fósiles mientras el mundo entero (Obama primero) intenta reducir la producción de dióxido de carbono, pero que así sea.

4- Deducción total de costos de atención médica para niños de los impuestos federales, lo que hace que la atención sea menos costosa para todos los estadounidenses. Comprobación de hechos: Para una familia que gana $500k al año y gasta $10k en atención médica infantil, la deducción sería de aproximadamente $3,9k. Sin embargo, para una familia que gana $50k, eso sería solo $1,5k. Sin tener en cuenta el hecho de que muchas familias no alcanzan el umbral mínimo del impuesto federal y, por lo tanto, no se beneficiarían de la deducción.

Deuda, deuda y más deuda

Ya sabes, en la campaña electoral todo está permitido (o casi) y ciertamente no somos nuevos en las promesas psicodélicas sobre la reducción de impuestos. Trump, sin embargo, parece ir más allá: sus propuestas, de facto, tendrían un impacto positivo casi exclusivamente en los sectores más altos de la población estadounidense, apenas tocando a la clase obrera que el magnate neoyorquino intenta desesperadamente golpear en la barriga. Según la pro-Republican Tax Foundation, el plan de Trump aumentaría los ingresos después de impuestos en un 5,3% para los estadounidenses más ricos y en un 0,2% para la clase media.

Donald Trump no es inmune a la tentación de prometer recortes, alivios y descuentos sin explicar dónde encontrará la cobertura necesaria (sí, lo sé, suena muy familiar). El Tax Policy Center estima que las medidas de Trump conducirán a una disminución de los ingresos fiscales federales de alrededor de $9.500 billones en diez años. No realmente cacahuetes. Además, hablando de deuda pública, no debemos olvidar que en Estados Unidos existe un régimen de techo de la deuda: el límite, impuesto por ley, sobre la cantidad de deuda que puede emitir el Tesoro de los Estados Unidos. La administración Obama, en 2013, es la última en el orden del tiempo en haber chocado con el riesgo del precipicio fiscal (luego sorteado con la aprobación del Congreso). Es decir, el endeudamiento extra que implican las propuestas de Trump corre el riesgo de hacer insostenible el presupuesto de todo el país.

Partidarios de las propuestas de Trump aprovechan la idea de que los recortes de impuestos impulsarán la inversión en los Estados Unidosgenerando así nuevos puestos de trabajo y nuevo crecimiento. Lo cierto, sin embargo, es que las empresas se verán estimuladas a invertir cuando haya un fortalecimiento de la demanda de sus productos en el mercado interno. Y es poco probable que las medidas propuestas tengan un impacto directo y efectivo en este componente de la economía.

En definitiva, Trump aún no ha conseguido dar una respuesta aceptable a los grandes interrogantes de la economía estadounidense que ahora más que nunca tiene la necesidad de confirmar y reforzar la tendencia de crecimiento. Aumentar la deuda pública con iniciativas de esta magnitud presionaría a los bonos del gobierno estadounidense, cuya subida de tipos supondría un coste más para Washington.

Donald, necesitamos más para hacer que Estados Unidos sea grandioso nuevamente.

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