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Triennale di Milano: el neoexpresionismo americano de Marcus Jansen

La exposición es la primera de una gira internacional que repasa, con salida en Milán y llegada en los próximos meses a Alemania y Nueva York, los últimos diez años de actividad de una de las figuras de referencia del panorama neoexpresionista americano.

Triennale di Milano: el neoexpresionismo americano de Marcus Jansen

Se exhiben doce lienzos de gran formato, creados desde 2013 hasta la actualidad, que exorcizan los fantasmas de las inseguridades en el tablero de ajedrez sociopolítico internacional.

La Triennale di Milano acoge del 3 al 21 de septiembre de 2016 DECADE, una muestra individual del artista estadounidense Marcus Jansen (Nueva York, 1968), considerado uno de los referentes de la escena neoexpresionista de nueva generación. La exposición, comisariada por Brooke Lynn McGowan y Rossella Farinotti, está organizada en colaboración con la Galería Bianca Maria Rizzi & Matthias Ritter de Milán y la Associazione Show Eventi Arte de Roma, con motivo de los eventos de la XXI Triennale di Milano.

La cita milanesa con DECADE representa el punto de partida de un viaje en el tiempo y el espacio, que reconstruye los últimos diez años de la producción de Jansen a través de tres etapas diferentes. De hecho, la exposición de la Triennale, que propone doce lienzos de gran formato pintados a partir de 2013, sirve de prólogo a las exposiciones individuales previstas para los próximos meses en Alemania y en el Queens Museum de Nueva York, cubriendo así por completo un arco cronológico que idealmente nos retrotrae a 2006, año de publicación del volumen Urbano-Expresionismo Moderno, primer gran momento de visibilidad y reconocimiento internacional del artista.

Padre alemán, madre caribeña, nacido en Nueva York: Jansen, formado en el ambiente del street-art y luego madurado siguiendo el modelo de la gran escuela de pintura americana del siglo XX (siguiendo a Jackson Pollock, Willem de Kooning, Arshile Gorky). Fundamental para la formulación de su lenguaje creativo y la construcción de su imaginería conceptual es la experiencia militar durante la Primera Guerra del Golfo (1990 - 1991), durante la cual sirvió con las tropas aerotransportadas estacionadas en Irak.  

Los meses pasados ​​en el frente acentúan su profunda reflexión sobre las contradicciones de la sociedad contemporánea, especialmente en lo que se refiere a la influencia de la industria armamentista en la dinámica política de un país como Estados Unidos y -en sentido general- el deterioro del equilibrio de poder entre naciones, entre distintas visiones de la gestión de los asuntos públicos, entre clases dominantes y partidos políticos. Jansen es así definido por la crítica como un "cartógrafo del conflicto": donde el término se abre a un contexto mucho más amplio, de hecho absoluto, que la simple referencia a su experiencia como soldado.

Una de las obras más significativas expuestas en Milán se convierte entonces en emblemática, hasta el punto de ser casi un manifiesto ideológico: con Revolutionary Elites, 2016 Jansen trabaja directamente sobre la epopeya nacional estadounidense, inspirándose en la iconografía de la pintura anterior a la Guerra Civil (de Emanuel Leutze a William Ranney) para activar un dramático y al mismo tiempo irónico proceso de profanación. No es difícil reconocer, en la pose y vestimenta de la modelo retratada, el fetiche de uno de los padres de la patria -quizás el mismo George Washington- aquí, sin embargo, desfigurado, con los rasgos faciales literalmente abrasados, borrados, y con una marca roja en el centro de la cara que incluso puede ser una alusión a la nariz de un payaso. Un acto casi herético, para una sociedad tan icónica como la americana, que nos obliga a repensar la relación individual y colectiva con los símbolos del poder establecido, con el sentido de pertenencia a un determinado grupo social.

El desengaño ya la vez el desconcierto, el extrañamiento del hombre contemporáneo hacia la realidad en la que ha caído pasan, en la pintura de Jansen, de una dimensión íntima a una universal, trasladándose al ámbito de la vida. En obras como Sitting Ducks, Transitions, Under infrarrojo, Shifts in Nature o la infiltración orwelliana programática, un paisaje contaminado, lúgubre y embrutecido se carga de nuevas tensiones y angustias, convirtiéndose en escenario de pesadillas postapocalípticas.

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