comparte

Entre Sky y Mediaset, Rai está mirando

¿Qué cambia para la TV pública tras el acuerdo anunciado por los dos grupos privados? Mientras crece el desconcierto en los pasillos de Viale Mazzini por el punto muerto en el que se encuentra el acorazado estatal, algún atisbo podría abrirse en la negociación con la española Mediapro sobre los derechos del fútbol. La pelota pasará a manos del nuevo gobierno pero mientras tanto Tim….

Entre Sky y Mediaset, Rai está mirando

Era razonable imaginar que el mercado de la televisión en Italia estaba destinado a cambios profundos ya este año. Pero nadie podía predecir cuán rápidos y radicales podrían ser. El acuerdo alcanzado el pasado viernes entre Mediaset y Sky para el intercambio de contenidos de valor, fútbol y cine, marca de hecho un hito en el panorama nacional y redefine nuevos equilibrios donde muchos brindan y otros inquietan.

En Rai, cuando llegó la noticia del gran negocio entre los dos principales competidores del servicio público de radio y televisión, los pensamientos no fueron los más felices. Pedimos su opinión a algunos ejecutivos: con la garantía del anonimato, sale todo el descontento que se viene gestando desde hace tiempo. "Estamos fuera de los grandes juegos" o "no tenemos una alta dirección capaz de pensar y actuar en términos corporativos", "somos prisioneros de la política inerte" y, finalmente, "es la señal de un choque de época". entre la televisión vieja y la nueva".

Estas cuatro declaraciones engloban todo el perímetro de la crisis, de las dificultades, por las que atraviesa Rai en vísperas de la extinción de su Consejo de Administración (sobre ello escribimos en el artículo anterior) según lo dispuesto en la Ley de 2015. Es útil recordar este nuevo arreglo cuando Roberto Fico, entonces Presidente de la Comisión Parlamentaria de Supervisión, declaró "la peor ley que se podía idear para el servicio público" y por Maurizio Gasparri (su anterior ley de reorganización de 2004) "A leycita que será desgarrada por la Corte por su manifiesta ilegalidad". La relación con la política que siempre ha marcado los acontecimientos de Viale Mazzini hoy promete ser aún más complicada de lo habitual en consideración de las conocidas dificultades de los partidos en los próximos meses.

Por lo tanto, Rai fuera de los grandes juegos. Hemos escrito varias veces en este periódico sobre la secular cuestión del "polo de las torres" y subrayado cómo este juego supone entrar en el fondo de las transformaciones tecnológicas más significativas de los próximos años. A pesar de declaraciones vagas y genéricas, no se ha dado ningún paso y la única operación que de alguna manera, aunque tímidamente, se acercó a este proceso, el trato de Persidera con F2I y Rai Way, naufragó miserablemente. Nuevamente, en los grandes negocios de los operadores de TV, los productos más valiosos y atractivos para el mercado joven, el público con mayor poder adquisitivo, es decir, el deporte (fútbol), el cine y las series, siempre están en el centro. En cambio Rai se consolida en los baluartes de la ficción, la información y el entretenimiento. El consejero Carlo Freccero, en una entrevista con La Repubblica poco después del acuerdo con Mediaset Sky, trató de encontrar un salvavidas en el papel, en la identidad de servicio público que pertenece y es responsabilidad de Rai. Una consideración importante que, sin embargo, remite al corazón de un problema aún no resuelto: ¿cuál debe ser el proyecto, la política industrial, la visión de la empresa pública de radio y televisión para los próximos años? Su negocio principal, el núcleo duro de sus suscriptores, los espectadores, está a punto de cambiar a la velocidad de la luz. El concepto de "servicio" es claro, el de "público" lo es menos, sobre todo si tenemos en cuenta la profunda mutación que se ha producido -y continúa- en su composición social y cultural, así como en los datos personales.

En cuanto a la cumbre, se sabe que en los dos últimos años ha habido dos directores generales, Antonio Campo Dall'Orto, y ahora Mario Orfeo incapaz de operar en profundidad en las opciones de política industrial de la Compañía. Este último recibió la renovación del contrato de servicios que también podría aportar ideas para la innovación: las mesas están en funcionamiento para la proposición de un nuevo plan industrial, para los informativos, para un canal lingüístico y para el institucional.

Por otro lado, la última afirmación que hemos informado, referente al choque entre viejos y nuevos modelos de televisores, merece una reflexión más profunda. Brevemente, se puede resumir en la difusión de la señal de forma lineal (frecuencias, antenas, etc.) y no lineal (smart TV, conexión a la red). En este campo, las cosas se están poniendo muy difíciles, y cuando eso sucede, los difíciles se ponen en marcha.

Director ejecutivo de Tim, Amos Genish, en la entrevista concedida este miércoles a La Stampa, planteó dos grandes problemas. El primero se refiere al posible exceso de concentración entre los distintos actores del mercado y luego reitera su interés por incluir una parte del fútbol en el paquete de Tim Vision. En cuanto a la concentración, será la Autoridad creada para verificar la existencia de los hallazgos mientras que en el tema futbolístico se vincula con una relativa novedad en el frente de los derechos de intermediación propiedad de la empresa española Mediapro. Este último fue desplazado por la movida conjunta de Mediaset Sky sobre la venta de los derechos del fútbol para los próximos tres años al fallar formalmente uno de los potenciales compradores (aunque Mediaset reiteró ayer que aún podría estar interesado). Incluso para Rai, paradójicamente, esta nueva situación podría abrir algunas aperturas interesantes. Por ejemplo, sugiere uno de nuestros interlocutores, sería útil volver al campo con una oferta del RaiUno de un partido de Serie A el domingo por la tarde, a las 18 horas, en una franja en la que la Función Pública sufre la competencia despiadada de Canale 5. .

Para quedarnos en la metáfora deportiva, el resto de competidores están en el campo con gran despliegue de energía tanto en tecnologías como en contenidos. Volviendo a Sky, se sabe que ciertamente interesa un acuerdo para la difusión de su decodificador Q en banda ancha Open Fiber que permitiría ver toda la oferta en ultra banda ancha. Por otro lado Mediaset lanzó ayer su nuevo canal 20 en digital terrestre y promete enriquecerlo con productos de seguro interés. Finalmente, Netflix corre a toda velocidad para conquistar el mercado nacional (según lo reportado en un reciente estudio de EY que redactó el informe "Market Intelligence - OTT Video Services" hay más de 800 suscriptores) en buena compañía con Amazon que ha lanzado rellene su servicio Prime Video.

Para Rai, la competencia es cada vez más feroz, mientras que sus recursos se reducen, ante compromisos cada vez mayores (desde 2010, los ingresos por publicidad han disminuido en unos 500 millones y paralelamente también ha disminuido el canon). ¿Cuál podría ser su futuro? ¿El modelo estadounidense de PBS? ¿Una televisión residual, para un público adulto de más de 50 años? La pelota, por ahora, pasa a la política.

Revisión