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Gira: Nibali, que mala suerte. Thomas hace un bis en el Alpe

El Tiburón se estrella a causa de una moto: acaba la etapa con los líderes pero se ve obligado a retirarse por una vértebra fracturada - Carrera cada vez más dominada por el Team Sky con Thomas y Froome al frente de la clasificación - Sólo Dumoulin parece capaz de inquietar a los Liderazgo británico

Gira: Nibali, que mala suerte. Thomas hace un bis en el Alpe

“Hola chicos, estoy de vuelta en el hotel, lamentablemente el resultado del informe médico no es bueno, se confirmó mi fractura de vértebra, mañana me iré a casa para un período de recuperación. ¡Gracias por todo el cariño mostrado hacia mí! Hasta la proxima vez". Con un tuit, que enmascara con elegancia el dolor y la rabia por una retirada ajena, Vincenzo Nibali se despide del Tour, del que fue un esperado protagonista en los Pirineos, cuarto en la clasificación a 2'37” de Thomas.

El campeón italiano cayó gravemente al suelo a cuatro kilómetros de la meta en Alpe d'Huez, estrellándose contra una moto perteneciente a un policía que le seguía y que de repente frenó mientras el Tiburón aceleraba persiguiendo la rueda de Froome, con gran juego limpio el británico frenaba, junto con Dumoulin y Thomas, a esperar al rival italiano. Un gesto no respetado por Bardet que lo aprovechó para buscar el éxito de la etapa que en las últimas tres veces en el Alpe siempre ha sonreído a los franceses con Rolland (2011), Riblon (2013) y Pinot (2015).

En ese momento la pelea volvió a estallar con un remate que castigó al francés y lanzó a Geraint Thomas a su segundo éxito consecutivo. Ganar con el maillot amarillo en la mítica meta de Alpe d'Huez, donde Fausto Coppi fue el primero en triunfar en 1952, es una dupla que ya sitúa a Thomas en la gran historia del Tour. Dumoulin fue segundo a 2", Bardet tercero a las 3" seguido de Froome a las 4".

Quinto a las 7” fue Mikal Landa. Nibali finalizó séptimo junto a Roglic a los 13”: una muestra de orgullo del capitán del Bahrain-Merida que, a pesar del dolor, prácticamente se mantuvo a la altura de los mejores en las últimas lúgubres curvas cerradas del Alpe, superando a grimpeurs como Quintana y demostrando una vez más ayer que se vino al Tour para intentar ganarlo.

Un objetivo que estuvo tanto en el centro de su temporada que renunció al Giro: ahora Nibali intentará recuperarse rápido, quizás a tiempo para la Vuelta para luego apuntar al campeonato del mundo en Innsbruck y Lombardía. El deseo de todos es verle pronto en un importante podio tan radiante como el día del éxito en la pasada Milán-Sanremo.

La retirada de un personaje como Nibali, uno de los grandes del ciclismo no solo actual, luchador nato, también duele en el Tour que ahora parece subyugado al poder desmedido de los hombres del Team Sky, un acorazado que también comandó la carrera en la Alpe, alcanzando al holandés Steven Krujswijk a 5 km de la meta, valiente protagonista de una larga escapada en solitario que comenzó en la ascensión de la Croix-de-Fer.

Para bloquear el camino hacia el éxito final de Froome o Thomas, las filas de los contendientes se reducen día a día, incluso si el ranking ve a los cinco primeros aún encerrados en poco más de tres minutos. Porte se retiró durante días, Uran ni siquiera tomó la salida, maltratado por las caídas, Nibali también fuera tras la respuesta del hospital de Grenoble, más que Romain Bardet parece Tom Dumoulin, tercero a 1'50" de Thomas, el único que puede molestar a la dominación británica.

Quintana confirma que es un cóndor sin alas, Landa siempre está entre los primeros pero hasta ahora no ha dado una nota aguda, Kruijswijk, el holandés conocido como la "muleta" por sus anchos hombros horizontales, es generoso pero la hazaña de hoy se perdió limita sus horizontes.

Sin embargo, es normal preguntarse si el bis de Thomas, que también reforzó su maillot amarillo gracias a la bonificación, puede haber en el fondo molesto a Froome que ve por primera vez en juego su hasta ahora indiscutible monarquía en el equipo. Las declaraciones posteriores a la carrera de Sky están marcadas por una perfecta armonía con Froome alabando la fuerza y ​​la forma de su compañero de equipo y con Thomas reiterando el liderazgo total y absoluto de su capitán.

Ciertamente la etapa de Alpe no resolvió el enigma nacido en la casa Sky, un dilema tan antiguo como el ciclismo, el de los dos gallos en el gallinero -desde Coppi y Bartali en el comisario técnico Binda's Tours hasta Greg Lemond's en los años 31 y Bernard Hinault, que tendrá la cancha en la última semana de la Grande Boucle, con la solución final probablemente encomendada a las etapas pirenaicas y la contrarreloj de montaña de XNUMX km en el penúltimo día antes de la pasarela de los Campos Elíseos de París.

Mientras tanto, tras la resaca montañera que masacró a los velocistas (Cavendish y Kittel fuera de tiempo en La Rosière, ayer se retiraron Gaviria, Greipel y Groenewegen), el Tour desciende por la llanura rumbo a Valence, una de las pocas etapas que quedan a favor de los escasos velocistas. sigue en carrera: es obvio que los favores son para Peter Sagan, que aunque puesto a prueba en los Alpes -ayer llegó a más de 30 minutos de los líderes pero bien dentro del tiempo máximo- ahora tiene el sexto maillot verde en el bolsillo para igualar el récord del alemán Zabel. Basta con que el campeón del mundo eslovaco llegue a París. Hoy en Valence podría ser su tercera victoria en este Tour: sin embargo, tendrá que tener cuidado con Degenkolb, Kristoff y quizás nuestro Colbrelli.

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