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Tour: el viento se burla de Nibali

El campeón italiano llega con Quintana pero Froome y Contador aprovechan la afición creada por el viento para despegar al líder del Astana y al colombiano. El escenario es para Greipel, el maillot amarillo para Cancellara

Tour: el viento se burla de Nibali

En el evocador paisaje de las grandes presas que ha levantado Holanda para resurgir del mar, a unos treinta kilómetros de la meta de Zelande, Vincenzo Nibali pierde la forma de un tiburón para tomar la de un atún atrapado en las redes invisibles del viento del Mar del Norte. Todo juega en contra del campeón italiano: primero una caída de Hansen que divide al grupo en varios tramos, lo justo para que se cree la temida afición que premia a los que van en cabeza y penaliza a los que le siguen.

Nibali se encontró en el medio; por detrás en el último está Quintana pero los otros dos de los cuatro fantásticos de este Tour, Froome y Contador van delante y no les parece cierto que ya puedan dar un buen golpe al italiano y al colombiano. Luego, para complicar un día difícil, hasta mala suerte con Nibali que tiene que pisar tierra por uno punción. Además, el líder de Astana se queda inexplicablemente solo en la persecución para volver al segundo grupo. Bien podría unirse lo que viene detrás con Quintana y otros personajes nobles del pedal como Valverde, Rodríguez y Thibaut Pinot. 

Pero aún con rangos más altos, la demora sobre los líderes no disminuye y en meta se asentará en 1'28”. Nibali, que lo había hecho mejor que los otros grandes nombres en la contrarreloj, no hace drama. Hay tiempo de sobra para remediar pero no se puede negar que el clima en la casa de Astana anoche era muy diferente al que se respiraba al final de la segunda etapa del Tour el año pasado cuando Vincenzo despegó rompiendo con todos, ganando la etapa y el maillot amarillo.

Hoy el Tour apuesta por Huy desde el muro que hizo famoso el Freccia Vallone: ​​Froome, que ayer en Zelanda royó hasta cuatro segundos a Contador -el Pistolero no participó en el sprint ganado por André Greipel para evitar caídas-, reinicia con un ventaja de 1' 21” sobre Nibali y 12 segundos sobre el campeón de España. claro que son los dos Froome e Contador, los que han obtenido el máximo resultado en cuanto a victoria final en una etapa llana que realmente no les favorecía. 

Se Nibali e Quintana ellos son los grandes perdedores, incluso en la casa Etixx-Quick Step no se recordará con agrado la etapa de las presas de Zelande. Delante junto a Froome y Contador había cinco Etixx de gran estirpe con el campeón del mundo Kwiatkowski en el insólito papel de piloto con Renshaw en beneficio de los otros tres acompañantes: de Rigoberto Uran, jefe de equipo, de Tony Martin que pretendía vestir el maillot amarillo (ya que Dennis estaba en el grupo de Nibali) y en especial Mark Cavendish que -con Kristoff y Degenkolb desprendidos- pretendía volver a poner su firma en una meta del Tour que faltaba en la etapa de Saint-Amand-Montrond del 2013. 

Pero los planes de Etixx saltaron en la recta final con Renshaw anticipando demasiado el último tren a favor de Cavendish: un fracaso para Cannonball, que solo terminó cuarto. Primero fue greipel. Para el 'Gorilla' alemán es la octava victoria en el Tour, segundo fue Peter Sagan, bueno para estar ahí a pesar de un pinchazo en la final que le obligó a derrochar energías para volver solo; el tercero fue Fabián Cancellara que repite el mismo puesto obtenido en la contrarreloj inicial de Utrecht, pero gracias a la bonificación de 4" es el nuevo maillot amarillo del Tour. Para el gran Spartacus es el maillot amarillo número 29 de su carrera, ningún otro ciclista suizo ha llegado tan lejos, ni siquiera Kubler y Koblet, las dos legendarias "K" de los años 1950, que ganaron los Tours en 1951 y XNUMX, respectivamente.

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