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Tour de Francia: en los Alpes Nibali ataca, Evans en crisis pero es Froome quien asusta a Wiggins

TOUR DE FRANCE – El "Tiburón" lo intenta pero es filmado. En la final un disparo de Froome hace que Wiggins caiga en picada pero el "gregario" se ve obligado a frenar para esperar al capitán del maillot amarillo. Etapa alpina a Pierre Rolland, gran promesa del ciclismo francés. Cancellara abandona el Tour por motivos familiares

Tour de Francia: en los Alpes Nibali ataca, Evans en crisis pero es Froome quien asusta a Wiggins

El Tour probablemente lo gane Bradley Wiggins, pero la etapa alpina, ganada por Pierre Rolland -mucho más que una joven promesa del ciclismo francés- con el final cuesta arriba en La Toussuire, dijo tres cosas fundamentales para la historia de este Tour: 1) que en la casa Sky, hoy como hoy, el más apto si no el más fuerte es Christopher Froome, pero por órdenes de equipo tiene que ser el "wingman" de Wiggins. 2) quién es Vincenzo Nibali, todavía hoy atacando dos veces en la rampa final, con tiros llenos de ganas de luchar, es el rival más peligroso de Wiggins y el acorazado Sky; 3) que Cadel Evans, se desprendió en meta al 1' 26" por Wiggins y Nibali, daba la clara sensación de haber perdido ya el Tour después de que su prórroga (resultado del todo irreal) en el Col du Glandon había hecho temblar a toda la caravana del Tour.

Tras las escaramuzas de los últimos días, la etapa de hoy de Albertville a La Toussuire, aunque corta (apenas 148 km) presentaba, antes de la ascensión final, dos montañas "hors Categorie", que se han convertido en leyendas del Tour, como el Col de La Madeleine y la Croix de Fer. Había todos los ingredientes para atacar a Wiggins, que, siendo pistero de nacimiento y habiendo hecho ya seis veces el Tour de Francia sin dejar nunca una gran huella, era esperado en la primera prueba de alta montaña. Sorprendentemente, no fue un adversario como Nibali o Evans quien lo puso en crisis por unos segundos cuando de repente vio el cielo cerrarse y el infierno abrirse, sino su lugarteniente. Froome. Ocurrió que a cuatro kilómetros de la meta, cuando el sprint de Nibali había azotado a Wiggins y sus compañeros, obligándolos a reaccionar hasta alcanzar al "tiburón", Froome se lanzó de repente con una potente aceleración y enfadado. El keniata-británico quizás pensó en arrastrar a Wiggins al ataque, quien en cambio permaneció clavado detrás, también superado por Nibali. Momentos de pánico en la casa Sky, tiritando entre los suiveurs ante la “rebelión” del seguidor. Froomer debe haber recibido un breve golpe en los oídos del gerente de su equipo porque prácticamente disminuyó la velocidad, casi dejó de esperar a Wiggins. Wiggins estaba a salvo. No así Evans, que cayó cada vez más atrás junto con franco schleich. De poco le sirvió la ayuda de su joven coequipero Van Garderen. El ganador del Tour del año pasado parecía cada vez más un perdedor. Entre los hombres de la clasificación, Denis Menchov lo hizo peor que él, que se perdió en el camino, mientras que tanto Janez Brajkovic como Jurgen Van der Broeck lo hicieron mejor, aunque perdieron más terreno que Wiggins. Desafortunadamente, los rastros de Ivan Basso se han perdido durante algún tiempo.

Hablando de las escaramuzas por el maillot amarillo, la etapa también vivió algo más en un paisaje de rara belleza. La hazaña de Rolland que en La Tossuire repite dando profundidad al éxito en Alpe d'Huez en el Tour 2011 del año pasado, es una apuesta que confirma y potencia las cualidades del ciclista transalpino. Si ayer Vockler (ahora desaparecido como nuestro Scarponi) era el "chouchou" de Francia, hoy Rolland era su héroe. Escalador de primera, coraje sin fin (se caía en la bajada, perseguía y luego arrancaba de todos), Rolland es candidato dentro de unos años a romper el ayuno francés en el cuadro de honor del Tour (último éxito, el de Bernard Hinault, es de 1985). Para reforzar las esperanzas francesas también está Thibaut Pinot, de 22 años, que después de haber ganado ya una etapa, ha finalizado hoy segundo a 55” de Rolland, adelantándose por un pelo a un salvaje Froome. A dos segundos de los dos llegaron en el orden Van Der Broeck, Nibali y un Wiggins, que por primera vez en este Tour, pese a salir ileso, daba la impresión de haber sufrido más de lo debido. Ante el inesperado fuego amigo (remate de Froome) le debió gustar pues la palmadita en la espalda, en señal de amistad, intercambiada con Nibali en la meta. Quien no quiso sufrir nada fue Fabian Cancellara que prefirió dejar el Tour en la salida de Macon para correr al lado de su mujer que está a punto de dar a luz.

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