Doble salario en febrero de 2015. Esta es la hipótesis que el primer ministro Matteo Renzi propondrá mañana a sindicatos y fuerzas sociales. Una cita importante también de cara a la cumbre europea sobre el trabajo del miércoles. Se perfila así la polémica nueva fórmula de la indemnización por despido, en el entendido de que la operación sólo afectará a los trabajadores que la soliciten.
Pese a la oposición de las empresas, el gobierno se mantiene firme, y de acuerdo a lo anticipado por la República, habría un borrador de propuesta de ocho carpetas. "Me gustaría que el dinero de las indemnizaciones por despido vaya inmediatamente a la nómina del próximo año", anunció ayer el primer ministro, Matteo Renzi.
Fin de lo que el primer ministro llamó el "estado madre" que decide por los trabajadores, considerados incapaces de administrar sus recursos financieros. La indemnización por despido (sesant pay, también llamada liquidación), equivalente a más o menos un salario por año, no se encuentra en ningún otro país y representa un flujo anual de alrededor de 27 mil millones de euros que se utilizan para la autofinanciación de pequeñas empresas o para alimentar los fondos de pensión complementarios de los empleados.
Una enorme cantidad de recursos que no siempre se aprovechan al máximo, lo que podría dar un impulso –en el ámbito gubernamental– al consumo. “Habría efectos positivos –se lee en el borrador de los técnicos del Gobierno– sobre los ingresos, el consumo y las finanzas públicas”. Renzi piensa doblar la operación por 80 euros, pero las diferencias son considerables: los 80 euros son fruto de una desgravación fiscal para los ingresos más bajos, la indemnización no es más que el salario diferido de los empleados.
