La pandemia nos ha hecho redescubrir la importancia de la saludtanto a nivel individual como colectivo. Entendimos que la salud influye en todo: desde el trabajo hasta la cohesión social y la economía. Lamentablemente, sin embargo, este "descubrimiento" llegó demasiado tarde y muchos países, incluida Italia, lo pagaron muy caro. el error de haber reducido los costes sanitarios, debilitó la medicina territorial y subcontrató la producción de muchos dispositivos médicos y de salud vitales, incluidos tratamientos y vacunas.
Por este motivo, el informe anual sobre la innovación italiana promovido por Fundación Symbola y Enel, gracias a la colaboración con Farmindustria, se ha dedicado a tecnologías de la salud con el informe "100 Historias Italianas de Ciencias de la Vida" presentado hoy por Ermete Realacci, presidente de la Fundación Symbola y Francesco Starace, CEO de Enel.
A través de 100 historias símbolo de innovación, el informe explora un sistema que emplea a 1,8 millones de personas, tiene una producción de 2018 millones de euros en 225 y una valor añadido de 100 millones de euros y que, considerando también las industrias conexas, alcanza el 10% del PIB. Lombardía es la región más desarrollada con un valor añadido de 25 millones de euros, 355 empleados y 81 empresas de excelencia activas en el campo de la investigación como el Centro San Giovanni di Dio Fatebenefratelli – IRCCS o el Policlínico de Milán. Un récord italiano, pero también europeo, compartido con Cataluña, Baden-Württemberg e Île de France.
En nuestro país, en segundo lugar, con 42 excelencias, se encuentra el Lazio que, además de albergar la Agencia Italiana del Medicamento (Aifa), cuenta con empresas de primer nivel como Catalent de Anagni, IRBM de Pomezia y Enea. Seguido por Toscana y Emilia Romagna, pero la excelencia se puede encontrar en regiones como Abruzzo, Sicilia, Campania.
El informe se centra en sector farmacéutico, un sector que emplea a más de 66.500 personas, que se convierten en 200 considerando industrias afines, y con un valor de producción que en 2018 fue igual a 32,2 millones de euros y en 2019 alcanzó los 34 millones, convirtiendo a Italia el segundo país productor de Europa inmediatamente después de Alemania (32,9 millones en 2018), seguida de Francia (23,2 millones), Reino Unido y España. En la última década, el sector farmacéutico italiano ha registrado el aumento de las exportaciones mayor entre los grandes europeos (+168% frente al +86% de la media de la UE) gracias sobre todo a importantes inversiones realizadas en investigacion (+35% en los últimos 5 años) y en competencias en áreas de I+D+i (+3,1%).
Gracias a estos valores, Italia se sitúa entre los primeros de Europa, junto con Alemania, en producción farmacéutica (primero entre los grandes países en valor añadido por empleado), somos el primer país del mundo en número de citas y productividad de la investigación ciencia en términos de publicaciones por investigador. "Tenemos una Mirandola, el distrito biomédico más importante de Europa y tercero en el mundo, después de los de Minneapolis y Los Ángeles en los Estados Unidos de América. El primer acelerador lineal de protones para el tratamiento de neoplasias, la primera terapia génica aprobada en Europa, la primera en el mundo basada en células madre y el primer enfoque genómico para el desarrollo de una vacuna contra el meningococo son italianos”, subraya el informe.
“Italia también juega un papel de liderazgo en la cadena de suministro de las ciencias de la vida como contamos en este dossier a través de 100 experiencias que dan testimonio de la calidad de las instituciones, empresas e investigaciones italianas, que deben ponerse cada vez más al servicio del fortalecimiento de la medicina local. Es un patrimonio de gran valor estratégico para el país, que contribuye a generar una buena economía y empleos en dirección a una visión humanista del futuro”, declara Ermete Realacci, presidente de la Fundación Symbola.
“La cadena de suministro de ciencias de la vida representa un patrimonio de gran valor estratégico para el país – comenta Francesco Starace, director general y director general de Enel – que contribuya a generar desarrollo económico y empleo en la dirección de una visión humanista del futuro. La pandemia ha llevado a repensar muchos aspectos de nuestro día a día, empezando por la atención a la salud”
“El informe destaca una verdadera excelencia para nuestro país, una riqueza de habilidades, innovaciones y tecnologías apreciadas y reconocidas en todo el mundo”, concluye el gerente.
Tomando algunos ejemplos prácticos, en el campo de medicina regenerativa y protesis, el análisis cita el estudio de estructuras vegetales como las de la madera o la hidroxiapatita que está permitiendo a nuestros investigadores desarrollar sustitutos biocompatibles obtenidos mediante impresión 3D, o prótesis de seda para la regeneración de nervios, tendones, ligamentos y vasos sanguíneos. Pero también tecnologías de prevención, como el Next Generation Sequencing, capaz de secuenciar rápidamente el ADN y detectar predisposición a enfermedades, diagnosticar patologías raras, así como sistemas de diagnóstico, que combinados con potencia de cómputo e inteligencia artificial, pueden sugerir a cada persona cómo mejorar los estilos de entrenamiento y alimentación. También son relevantes los avances en la cadena de suministro biomédica en robótica y bioingeniería made in Italy o los éxitos que Italia está consiguiendo en biotecnologías, importantes para el tratamiento y cura de patologías que aún no han encontrado respuestas terapéuticas adecuadas, especialmente en el campo oncológico. Finalmente, las grandes inversiones también se dirigen a enfermedades infecciosas y el desarrollo de vacunas: sector invertido por un gran desarrollo desde 2019, acelerado aún más en 2020 tras la emergencia sanitaria provocada por la propagación del virus SARS-CoV-2. Hablando de vacunas, Toscana y Lazio y Emilia Romagna son las tres regiones italianas que cuentan con el mayor número de empresas farmacéuticas especializadas en su producción, destaca el informe.