El ejército sirio mató al menos a 4 civiles e hirió a una docena de personas en Hama, la principal ciudad de las protestas contra el régimen, el miércoles por la noche. Los tanques atacaron para frenar las manifestaciones a favor de la democracia que se llevan a cabo regularmente desde el 1 de agosto después de las oraciones nocturnas del Ramadán.
Más de 500 familias abandonaron Hama después de que los tanques rodearan la ciudad y cortaran todas las comunicaciones. El último ataque de los militares se remonta a las protestas del domingo, donde los militares se cobraron unas 100 vidas. Hasta ahora, siempre se ha utilizado la fuerza para sofocar las protestas ciudadanas: casi 1700 civiles han muerto desde mediados de marzo.
Y, después de meses de discusiones, anoche la ONU finalmente tomó una posición condenando al gobierno sirio. El Consejo de Seguridad, aunque no ha redactado una resolución real, ha condenado "la violación de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles por parte de las autoridades sirias". Con esta declaración, se insta a las autoridades sirias a respetar plenamente los derechos humanos y cumplir con las obligaciones establecidas por el derecho internacional. Además, las Naciones Unidas creen que la única solución a la "crisis actual se puede encontrar a través de un proceso político de Oriente Medio inclusivo y dirigido por los países". Por último, pero no menos importante, se pide que se juzgue a los responsables de la violencia.
Pocas horas después de la advertencia de la ONU, el presidente Bashar Al Assad emitió un decreto lanzando un sistema multipartidista. Se legaliza la posibilidad de formar partidos que puedan competir con el Partido Baaz, del que forma parte Assad, en el poder desde 1963. El partido de Assad aglutina intereses nacionalistas y socialistas, tiene una línea antioccidental y anticapitalista y propone la resurrección del mundo árabe y su unión en un gran estado unido. El decreto prohíbe la creación de partidos basados en la religión, la afiliación tribal y los intereses regionales, así como la discriminación por motivos de raza, sexo o color de piel. La posibilidad de adherirse libremente a los partidos fue una de las principales demandas de los manifestantes. Pero parece que los enfrentamientos no dan señales de cesar.
El canciller francés, Alain Juppé, declaró que este decreto es "una provocación", reiterando la necesidad de detener la violencia. Italia ha anunciado que llamará a su embajador de Damasco para hacer consultas, los diplomáticos británicos permanecerán en la capital para monitorear la situación mientras que la embajada de EE. UU. ha declarado que algunos de sus diplomáticos abandonarán el país.
fuentes: Alarabia
