La idea es simple e ingeniosa, así como la idea de equipar una maleta con ruedas fue simple e ingeniosa. La rueda fue uno de los primeros inventos de la historia de la humanidad, pero, curiosamente, quienes recuerdan los años cincuenta y el cansancio de los viajeros al cargar pesadas maletas, se asombran de cómo a nadie se le había ocurrido poner ruedas en el fondo de las maletas. En el momento. Pero en algún momento se encendió la bombilla y el porteador se convirtió en una profesión de museo.
Otra bombilla se encendió para He Liangcai, un modesto granjero chino de Hunan (provincia en el centro de China), quien patentó una maleta que no solo tiene ruedas sino también un motor eléctrico: a horcajadas sobre el equipaje, el viajero puede viajar por 2-3 horas a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. He Liangcai tardó diez años en perfeccionar su invento; de hecho, como dice un dicho chino, se necesitan diez años para afilar una buena espada.
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