“Jo era una mujer que creía en un mundo mejor y luchaba por eso todos los días. Ahora sólo le gustaría una cosa: que luchemos todos unidos contra el odio que la mató”. Estas son las palabras de Brendam Cox, el esposo de la diputada anti-Brexit, brutalmente asesinada ayer cerca de Leeds en Gales.
Símbolo del laborismo y en gran ascenso político a pesar de su corta edad, al punto que se especuló con su candidatura en las próximas elecciones a la dirección del país, Cox estaba muy metida en la batalla por defender la permanencia de Gran Bretaña en Europa. Pero esta campaña política nunca volverá a ser la misma después de su asesinato.
"Estamos devastados", comentó Gordon Brown, ex primer ministro laborista, tras enterarse del asesinato. El mundo quedó conmocionado por esta tragedia.
Cox, que se había graduado en Cambridge, habría cumplido 42 años en unos días. Deja dos hijos pequeños pero una gran lección civil, política y humana.