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Sace, los economistas empresariales: lejos de la recuperación, la crisis ahora también pone en riesgo las exportaciones

The Business Economists ve el pesimismo: la recuperación retrocede y está lejos de ser cierta – PIB -2,5% en 2013 y otra contracción cíclica de medio punto en el segundo trimestre de 2013 – Una crisis de demanda interna que amenaza con poner en peligro la capacidad de exportación es también en peligro.

Sace, los economistas empresariales: lejos de la recuperación, la crisis ahora también pone en riesgo las exportaciones

La cita habitual del Observatorio Económico del Grupo de Economistas de Empresa se celebró en Roma la semana pasada en la sede de Sace SpA: las conclusiones son unánimes, no hay recuperación y son muy pocos los elementos que apuntan a su realización.

La industria está en apuros y todos los sectores denuncian una continuación de la crisis sin precedentes por intensidad y duración. La estabilidad del sistema industrial en su conjunto está comenzando a ser severamente probada. Sectores enteros se están reorganizando no sólo apuntando a mercados cada vez más distantes para colocar sus productos sino también modificando profundamente los ciclos de producción, la asignación y ubicación de las fases de producción, el método de producción. Lo que se espera para los próximos años ya no tiene que ver únicamente con hacer frente a una crisis económica sino con una transformación real del tejido productivo que, debiendo afrontar la fase de recesión más larga desde la posguerra, debe repensarse y reorganizarse sí mismo.

Los sectores más abajo y más expuestos a la demanda interna, como el de los electrodomésticos, se enfrentan a una demanda que ha vuelto a los niveles de hace 25 años en todos los países periféricos de Europa y a una demanda de los países del "centro de Europa" que es tan fuerte que puede equilibrar la caída. Ante estas cifras y con un modelo de consumo que está cambiando radicalmente, la industria ya no puede posponer un replanteamiento radical de las estrategias productivas. Ocupan, y no es casualidad, sólo los sectores tecnológicamente más avanzados, como las "placas".

Todos los sectores están sufriendo, desde la química, la electrónica, la siderurgia, las telecomunicaciones, históricamente inéditos, y la más conocida construcción, con un consumo de cemento que vuelve ahora a los niveles de hace 50 años.

Las contracciones de la primera parte del año siguen mostrando descensos significativos, también debido en parte a la ralentización del mercado alemán, uno de nuestros principales y tradicionales mercados outlet también como triangulación de mercancías dirigidas al exterior. También empiezan a sufrir los nichos de mercado, que hasta 2012 habían mostrado una mayor resiliencia, lo que demuestra que la persistencia de la crisis está abrumando tanto a los sectores tradicionalmente acíclicos, como el de alimentación y el de telecomunicaciones, que están cayendo en términos reales, tanto en el componente de consumo como en el empresarial, y excelencia que culpan del declive de los mercados europeos y, aunque en mucha menor medida, de cierta ralentización del comercio mundial. Igualmente preocupante es el consumo de energía eléctrica, indicador tradicional que anticipa la tendencia del ciclo económico, que sigue registrando una marcada contracción en los primeros 5 meses del año y también en los primeros días de junio, empeorando claramente incluso respecto a 2012 La misma tendencia se registra en el número de quiebras, acelerándose respecto a 2012, y más aún en la liquidación de empresas ejecutantes que optan por evitar un desafío que consideran de resultados demasiado inciertos.

Sin embargo, algunos sectores muestran tenencias de inversiones en productos e innovación, necesarias para permanecer en mercados internacionales lejanos, en particular el Lejano Oriente y más cercanos con una alta capacidad de gasto, como el Medio Oriente por ejemplo.

Sin embargo, la crisis del mercado interior, principalmente italiano, pero también europeo, exige un replanteamiento de toda la estrategia productiva y comercial. Los lugares físicos de producción pierden su importancia, salvo la escala y la proximidad a un gran grupo de consumidores, la estrategia de marca avanza hacia la aglomeración e identificación de una sola marca, la calidad se convierte en un requisito esencial y no distintivo. Salvaguardar la presencia de cadenas de suministro a nivel europeo significa afrontar la crisis por lo que es: una crisis de demanda.

Reavivar la demanda europea es, por tanto, la única forma de salvaguardar las producciones con un mayor contenido tecnológico. Si no actuamos con determinación y rapidez, corremos el riesgo no sólo de perder las producciones más estandarizadas, sino también de empobrecer la posibilidad de las empresas de salvaguardar sus productos tecnológicamente excelentes y los más competitivos en los mercados internacionales. Tendencia común a muchos sectores, especialmente a los que están más concentrados en la demanda nacional y europea.

Si hasta hace 6 meses los economistas de empresa coincidían en señalar a las exportaciones como la salida de la crisis, hoy, aunque lo sigan siendo, subrayan cómo la falta de crecimiento en el Viejo Continente empieza a penalizar no sólo a sectores y más tradicionales y más nacionales, sino que también afecta negativamente a la capacidad de financiar las inversiones necesarias en innovación de productos, organización y gobernanza, necesarias para competir en los mercados extranjeros. No abordar el problema interno podría terminar perjudicando también las exportaciones.

Alessandra Lanza, presidenta del Business Economists Group y Head of Industrial and Territorial Strategies de Prometeia subraya que "ahora hemos llegado a un punto de inflexión crítico para la industria italiana, un momento en el que es necesario decidir sin falta si se quiere seguir jugando el juego industrial, actuando de inmediato para frenar la crisis de la demanda, o nos conformamos con jugar un papel cada vez más marginal en las cadenas de suministro globales. Reactivar la demanda es condición sine qua non para luego poder concentrarse en aquellas inversiones que son tan necesarias para suplir varios años de retraso tecnológico. La distancia con los grandes países industrializados se está ampliando rápidamente, pensemos en la recuperación de la competitividad operada por Estados Unidos con el shale gas y el fracking, y la nueva revolución tecnológica, digital y de fabricación 3D, que hace apenas un año parecía futurista, hoy comienza para convertirse en realidad. Es una revolución que parece hecha a la medida de un país que no puede contar con economías de escala como Italia, tanto en términos de estructura territorial y demográfica como en términos de composición del tejido industrial, y que ignorarla puede significar perder la primacía industrial. forever que a pesar de las condiciones tan adversas en muchas producciones sigue siendo hoy, quizás por poco tiempo, una realidad.”

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