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Rugby, manos inglesas en las 6 Naciones

Después de la victoria sobre Gales, los hombres de Eddie Jones son ahora los favoritos para ganar la final y en la vía rápida para el Grand Slam. Ambos resultados se jugarán la próxima semana contra su oponente habitual: Francia.

Rugby, manos inglesas en las 6 Naciones

Inglaterra vs Gales

El partido de Twickenam es fascinante desde la lectura previa al partido. La historia entre estos dos equipos se remonta a la primera pelota de rugby, pero es la historia reciente la que pone adrenalina pura en este encuentro. Los dos se encontraron en el mismo estadio durante la fase de grupos de la última Copa del Mundo, que se suponía que sería el jonrón de Inglaterra hacia el título. Y que en cambio paró justo en Twickenam, en la primera fase, precisamente por los dragones rojos de Cardiff.

En resumen, había un rencor, un deseo de venganza bien motivado. Es fácil imaginar cómo van estas cosas. En los primeros veinte minutos Gales tuvo que frenar a sus primos ingleses con cinco faltas -muchas, demasiadas- que rindieron 9 puntos desde el pie de un infalible Farrel. Poco después, también explotaron el 70% de la posesión del balón además de la posesión territorial, marcando goles gracias al jovencísimo Itoge -futuro capitán de esta selección de Inglaterra- para el gol del otro chico de la banda, Watson. De los primeros cuarenta el marcador marca 16 a 0 para los anfitriones.

En la segunda mitad las cosas no cambiaron y los ingleses se llevaron 25 puntos, de nuevo gracias a la indisciplina galesa. Los invitados, sin embargo, acortan la distancia yendo a portería y luego acortando de nuevo con una colocación. El partido se estancó 25 a 10 para los anfitriones hasta el minuto 65 cuando los dragones cargaron primero con el ala norte, luego con el No. 8 Faletau, llegando a solo 4 puntos de las rosas rojas. Los fantasmas de ese lejano mundo septiembre asoman amenazadores entre las filas inglesas que, sin embargo, con una pizca de suerte y con el reloj de su parte, se llevan el resultado a casa refugiándose en los touchouts cuando se acaba el tiempo.

Los hombres de Eddie Jones son ahora los favoritos para ganar la final, en la vía rápida para el Grand Slam. Ambos resultados se jugarán la semana que viene, ante su habitual rival, esos franceses protagonistas de un crecimiento exponencial que pocos hubieran esperado.

Escocia vs Francia

Los anfitriones con faldas escocesas no tienen nada que ganar con una posible victoria y, por lo tanto, tampoco tienen nada que perder. Los invitados del Gallo, por el contrario, se juegan la posibilidad de mantenerse en la carrera por la victoria del Torneo. De hecho, si Francia gana, se enfrentará a Inglaterra, que ocupa el primer puesto, por solo dos puntos, lo que significa que si los franceses también logran derrotar a Inglaterra la próxima semana, el trofeo se otorgará por diferencia de puntos.

Escocia juega en Murrayfield y nunca ha sido un paseo por el parque para nadie, por lo que el juego es real. No hay galletas en el rugby. Ambos juegan un rugby precioso, el escocés es más sólido y organizado, el francés es más espectacular pero frágil. Los primeros cinco minutos son para los invitados que inmediatamente marcan en la portería, para luego ceder toda la posesión a los escoceses que se adelantan primero con dos goles y luego amplían en la portería con el fenómeno Hogg. Al final de la primera cuarenta, sin embargo, los gallos vuelven sobre los postes con el joven Fikou.

En la segunda parte, Francia siguió acortando distancias, situándose a tres puntos de distancia tras un largo pero no muy fértil asedio a la defensa escocesa. La gaita, sin embargo, volvió a tomar las riendas del partido y cerró el encuentro con una espléndida invención del habitual Hogg -premiado hombre del partido- que sirve el ovalo para el clavado en la portería de su compañero por la banda.

Francia, por tanto, fracasa en el objetivo de ir a jugar una final del Seis Naciones contra Inglaterra, entregando el trofeo una semana antes. Sin embargo, todavía está en juego el Grand Slam, es decir, el premio por ganar el torneo ganando todos los partidos. En juego no solo está la gloria -que los ingleses echan de menos desde hace trece años-, sino también un millón de libras. Por lo tanto, no faltan ingredientes para un final cautivador y el próximo sábado será un día histórico primero para el rugby inglés y luego para el europeo.

Irlanda vs Italia

El Estadio Aviva de Dublín acogió el partido entre la decepcionante Irlanda, en plena crisis de identidad y buscando un camino viable -tras tres derrotas y un empate en los últimos cuatro partidos- e Italia que, como es habitual, no tiene nada que perder y todo por demostrar.

Si los primeros cinco minutos ven a los Azzurri empujar mucho más allá de las líneas verdes, un error del extremo Sarto da un fácil primer intento irlandés que es seguido inmediatamente por tres más en los primeros 40 minutos. La primera parte termina con un pesado 27 a 3. Fuertes ausencias por lesiones en roles clave, como los de la primera línea y el medio campo -que nos obligan a armar entre 9 y 10 de muy corta edad y que tiene en la Las piernas solo jugaron un puñado de minutos juntas.

El segundo tiempo comienza como terminó el primero. Lluvia de goles sobre los hombros de los cada vez más desmoralizados Azzurri, con los duendes que no hacen más que llevarse los deberes a casa. Una pequeña tarea que, sin embargo, ya arrojaba 51 puntos en el minuto setenta, ensuciada sólo por el joven Odiete por un bonito multifase azul -único en todo el partido, por ambos lados-. Hacia el final Sarto redime el grave error del inicio del partido pasando entre la deshilachada defensa irlandesa, que responde con una acción de 16 fases para intentar el vuelo de McFadden, que firma el resultado final por 58 a 15.

La inexperiencia y el desengaño de los italianos combinado con las pocas ganas de trabajar más de lo necesario por parte de los irlandeses, dan al público de Dublín un partido malo y aburrido, sin sorpresas y con muy poco entretenimiento.

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