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Roma, Nápoles, Atalanta y Lazio: ¿aquí está la Champions?

Atalanta-Lazio es el partido más espectacular de este domingo pero no hay que menospreciar ni el Napoli-Parma ni el Roma-Verona: está en juego el acceso a la Champions.

Roma, Nápoles, Atalanta y Lazio: ¿aquí está la Champions?

¿Está aquí la Champions League? Después del sábado con vistas al Scudetto, toca vivir un domingo igualmente importante, con Roma, Nápoles, Atalanta y Lazio enzarzados en un emocionante y absolutamente impredecible mano a mano. El desafío más espectacular debería ser el Atalanta-Lazio (15 horas), en el segundo acto a pocos días del del miércoles en la Copa de Italia. El 3-2 nerazzurro sigue muy fresco y también podría afectar el partido de hoy, aunque sea otro torneo, por lo tanto, otro mundo.

“El miércoles fue duro, también porque jugamos 40 minutos en inferioridad numérica, pero lo estamos pasando bien, hay entusiasmo de todos, los resultados están llegando y el ánimo es el correcto – explicó Gasperini -. La temporada es anormal, jugamos muchos juegos sin embargo, solo estamos a mitad de camino. Estamos satisfechos porque estamos en todo, pero en 2 puntos puedes estar en zona de Champions o fuera de Europa League”. Algo sabe Inzaghi, en la parrilla antes de Navidad y ahora de vuelta en la carrera gracias a las cuatro victorias consecutivas acumuladas: si llega hoy la quinta, la zona de la Champions podría estar muy cerca.

“El miércoles hicimos un excelente partido, jugando mejor por largos tramos, luego hubo algunos errores individuales que comprometieron la clasificación, pero ahora es inútil pensar en eso – glosó el técnico biancoceleste -. Comienza la segunda vuelta y quedan diecinueve jornadas, hasta ahora hemos apartado una buena cantidad de botín, pensando también en la clasificación obtenida en la Champions League. Sin embargo, sabemos que para acabar entre los cuatro primeros tendremos que hacer algo más, quizás incluso acabar entre los seis primeros”.

El partido del Gewiss Stadium parece un auténtico parteaguas, tras el cual nada volverá a ser igual. Gasperini tendrá que ceder al sancionado Gosens, al lesionado Hateboer y al positivo por Covid Romero: fuertes ausencias, que le obligarán a un 3-4-1-2 más reelaborado de lo habitual con Gollini en la portería, Toloi, Palomino y Djimsiti en defensa, Maehle, De Roon, Freuler y Ruggeri en el centro del campo, Pessina detrás del pareja ofensiva compuesta por Ilicic y Zapata.

Una formación casi típica en cambio para Inzaghi (solo falta Luiz Felipe), que responderá con un 3-5-2 formado por Reina entre los postes, Patric, Acerbi y Radu en defensa, Lazzari, Milinkovic-Savic, Lucas Leiva, Luis Alberto y Marusic en la mediana, Correa e Immobile en ataque. Inmediatamente después del partido en Bérgamo será el momento de trasladarse a Maradona, donde Nápoles recibirá a Parma (18:XNUMX). Un partido muy delicado para ambos, con los Azzurri obligados a ganar para aferrarse al ranking que cuenta y los ducales para salir de la zona de descenso.

Sin embargo, toda la presión recae sobre Gattuso, cuya posición sigue siendo inestable: el éxito de la Coppa Italia, de hecho, no fue suficiente para consolidar una relación cada vez más difícil con De Laurentiis, al menos según los borradores provenientes de Castel Volturno. Para poner las cosas en orden, o al menos para recuperar algo de serenidad, se necesita una ristra de victorias a partir de hoy, cuando Gattuso, gracias a la ausencia de Mertens (todavía le duele el tobillo) y su forma no es la óptima de Osimhen, volverá a el 4-3-3 de la temporada pasada con Ospina en la portería, Di Lorenzo, Manolas, Koulibaly y Mario Rui en defensa, Elmas, Demme y Zielinski en el centro del campo, Lozano, Petagna e Insigne en ataque.

Mismo sistema de juego también para D'Aversa, que responderá con Sepe entre los palos, Conti, Iacoponi, Gagliolo y Pezzella en la zaga, Grassi, Hernani y Kurtic en la medular, Kucka, Cornelius y Gervinho en el tridente ofensivo. Clima muy tenso también en el Olímpico, teatro de aplazamiento entre Roma y Verona (20.45 h). Aquí el visor se traslada a Fonseca, cuyo banquillo sigue inseguro a pesar de la victoria sobre el Spezia y el aparente apoyo del club.

Sí, porque si por un lado los Friedkins se han puesto de su parte (véase el caso Dzeko), por otro siguen valorando diferentes soluciones: cómo explicar, si no, la reunión entre el nuevo director general Thiago Pinto y Allegri sobre ¿Jueves en Milán? Pero es sobre todo la cuestión de Dzeko la que envenena el clima, destinado, salvo idas y venidas, a permanecer en la Capital al menos hasta junio: también aquí es legítimo preguntarse si su situación de separado en casa (aún hoy, tras una semana de entrenamiento alejado del grupo, seguirá ir a las gradas) se pueden manejar sin crear más confusión.

“Entiendo la curiosidad por Edin, pero este no es el momento de hablar de eso –cortó Fonseca-. Ha habido demasiada especulación, tenemos que centrarnos solo en Verona, volveremos a hablar de ello la semana que viene. ¿Estamos desestabilizados? Mira lo que hicimos con Spezia, la cancha habla…”. Pero con el debido respeto a los ligures, aunque derrotados en plena recuperación con un atrevido 4-3, Juric's Verona es otra cosa, por lo que esta noche realmente entenderemos si el equipo y el entrenador siguen siendo uno.

Fonseca vuelve a abrazar a Mkhitaryan y está dispuesto a relanzarlo desde el inicio en un 3-4-2-1 con Pau López en la portería, Mancini, Smalling e Ibáñez en defensa, Karsdorp, Villar, Veretout y Spinazzola en el centro del campo, Pellegrini en el trocar, Borja Mayoral en ataque. Juric, por su parte, sueña con otro golpe tras el del Napoli y está dispuesto a desplegar un sistema de espejos con Silvestri entre los postes, Dawidowicz, Gunter, Dimarco y Faraoni atrás, Ilic, Tameze y Lazovic en el centro del campo, Zaccagni y Barak detrás del nuevo fichaje Lasagna, llegado esta semana procedente del Udinese.

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