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Roma, Fonseca salva el banquillo. Nápoles y Lazio: desafíos insidiosos

Con la atrevida victoria por 4-3 sobre el Spezia, la Roma salvó in extremis el banquillo de Fonseca pero el caso Dzeko recrudeció: hoy el Nápoles (contra el Verona) y la Lazio (contra el Sassuolo) no pueden perder terreno.

Roma, Fonseca salva el banquillo. Nápoles y Lazio: desafíos insidiosos

El banco está a salvo, al menos por ahora. El atrevido 4-3 con el que la Roma venció al Spezia, de hecho, permite a Fonseca archivar de la mejor manera una semana muy complicada, la más difícil desde que se sentó en el banquillo de los giallorossi. Sin embargo, los 3 puntos, netos de los numerosos defectos defensivos, demuestran que el equipo, o al menos parte de él, está con los portugueses, de lo contrario en el 3-3, además inmediatamente en plena recuperación, no habría habido la reacción que propició el cuarto y decisivo gol de Pellegrini. Se mantiene el problema de un vestuario dividido, como demuestra el tribuno de Dzeko, ahora persona aparte en casa: los Friedkins, a una semana del cierre del mercado, están llamados a tomar una decisión definitiva, porque pensar en una convivencia de este tipo es casi imposible, pero ciertamente Fonseca, tras la respuesta (sobre todo emotiva) suya, ganó varios puntos.

“Fue un momento emotivo, hubiera sido una injusticia no ganar este partido –comentó el entrenador de los giallorossi-. Merecimos los tres puntos y en el momento del gol decisivo demostramos que estamos todos unidos. ¿Dzeko? Ya he hablado de este tema y no quiero decir más, lo importante es lo que hicimos y la gran victoria del equipo". Loco partido el del Olimpico, como se desprende de los continuos altibajos emocionales, perfectamente explicados por el 4-3 final. En un momento la Roma parecía haberla hecho suya, lanzada por el doblete de Borja Mayoral (17' y 52', buena señal en el día que iba a sustituir a Dzeko) y el primer gol de Karsdorp en la Serie A (55'), pero Spezia , que ya había marcado en la primera parte con Piccoli (24'), recortó distancias gracias a Farias (59'), obligando a Fonseca a una media hora final realmente dolorosa.

Varias veces los giallorossi estuvieron cerca del 4-2, pero en el minuto 90, Verde golpea a Pau López y con él el técnico portugués, cerca de la exención como nunca. Allí, sin embargo, se vieron todas las ganas de reaccionar de la Roma, que se lanzó en masa al área de Liguria, siendo recompensada con un toque de Pellegrini, literalmente sumergida por los abrazos de compañeros y cuerpo técnico (92'). Una escena que testimonia una gran unidad, al menos por parte de quienes salieron al campo: el club, llamado a tomar decisiones muy complejas en unos días, no puede dejar de tenerlas en cuenta. Los resultados de Roma y Atalanta hacen aún más delicados los retos de hoy de Nápoles y Lazio, llamados a ganar para acortar a los milaneses, pero también, si no sobre todo, a no perder terreno en la Champions. Gattuso también debe despedir cuanto antes la derrota en la Supercopa: el apretado calendario, además, es difícil de conciliar con los periodos de reflexión.

El partido fuera de casa en Verona (15 horas), en este sentido, promete ser una prueba absolutamente fiable, también porque a los hombres de Juric, como sabemos, ciertamente no les gusta hacerles la vida fácil a sus oponentes. En definitiva, la trampa está lejos de estar escondida, pero el Napoli, que entretanto ha vendido a Milik al Marsella y mañana hará lo mismo con Llorente al Udinese, finalmente ha encontrado a Osimhen, negativo en el último hisopado y dispuesto a incorporarse hoy a sus compañeros, aunque sólo sea desde el banquillo. Gattuso sabe que su equipo ha gastado mucho pero parece orientado a confirmar el tipo 4-2-3-1 con Meret en la portería, Di Lorenzo, Manolas, Koulibaly y Hysaj en defensa, Demme y Bakayoko en el centro del campo, Lozano, Zielinski e Insigne en primera línea, Petagna en ataque.

Juric, tras una semana pensando solo en Napoli y esperando a Lasagna (pero el director general del Udinese, Marino, negó rotundamente), responderá con un 3-4-2-1 con Silvestri en la portería, Dawidowicz, Gunter y Magnani en la línea de fondo. Faraoni, Tameze, Ilic y Dimarco en el centro del campo, Barak y Zaccagni detrás del solitario delantero Kalinic. Una victoria casi obligada también para la Lazio, esperado por el insidioso partido en casa ante el Sassuolo (18 horas). Los biancocelesti regresan de tres éxitos consecutivos (cuatro considerando también la Copa de Italia), pero los tropiezos de los últimos meses los obligan a acelerar aún más, de lo contrario su participación en la próxima Champions League estará en riesgo. Sin embargo, una vez más la vida de Inzaghi se ha complicado por las ausencias, que le privarán durante dos meses de Luiz Felipe y al menos dos semanas de Luis Alberto, que fue operado de apendicitis en los últimos días.

“Venimos de un excelente momento y de una muy buena racha de victorias, pero lamentablemente en el fútbol hay imprevistos como el de Luiz Felipe o Luis Alberto – confirmó el técnico biancoceleste -. Tenemos que pensar en Sassuolo, que es un oponente formidable, incluso si tenemos que buscar algo en el mercado que pueda ayudarnos en el momento en que faltará Luiz Felipe". Esperando entender cuales serán los movimientos de Tare (Papastathopoulos y Todibo los nombres más candentes), la Lazio está llamada a vencer a los emilianos de De Zerbi, que a su vez están decididos a recuperar esa victoria que les falta desde el 6 de enero. Para ello, Inzaghi se apoyará en un 3-5-2 con Reina en la portería, Patric, Acerbi y Radu en defensa, Lazzari, Akpa Akpro, Lucas Leiva, Milinkovic-Savic y Marusic en el centro del campo, Immobile y Caicedo en ataque.

Grandes ausencias también para Sassuolo, que volverá a tener que prescindir de Berardi y Boga: De Zerbi apostará por un 4-2-3-1 con Consigli entre los postes, Toljan, Marlon, Ferrari y Rogerio en la zaga, Obiang y Locatelli en el centro del campo, Traoré, Djuricic y Haraslin detrás del solitario delantero Caputo, buscando un gol que falta desde el 23 de diciembre.

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