“Qué lástima por Vincenzo”, fue el inmediato comentario del primer ministro Matteo Renzi por la desafortunada actuación de Vincenzo Nibali en los Juegos Olímpicos de Río. Nibali, bien apoyado por el equipo azul dirigido por el entrenador Cassani, había clavado la táctica correcta y comenzaba a esperar su éxito olímpico. Pero la dama de la fortuna le dio la espalda en el momento crucial, cuando estaba corriendo y solo quedaban 11 km para llegar a la meta.
En la última bajada Nibali se estrelló y se rompió el hombro y la muñeca. Adiós oro y adiós Juegos Olímpicos de Río.
El oro fue así para el belga Avermaet.
Fabio Aru terminó sexto pero será difícil que los Azzurri olviden la decepción.