Cinco pilares para la reforma laboral: tipologías contractuales, formación-aprendizaje, flexibilidad, redes de seguridad social, servicios de empleo. Estos son los puntos fundamentales señalados por el Ministro de Bienestar, Elsa Fornero, que ilustró hoy en el Palazzo Chigi el proyecto de ley en tramitación a los interlocutores sociales. Un enfrentamiento que recién comienza, pero cuyo final ya se vislumbra: el ministro subrayó que las negociaciones deberán concluir en un tiempo breve, no más de tres o cuatro semanas. Sin embargo, ha llegado al menos una garantía del primer ministro Mario Monti: este tema no se procederá por decreto.
El objetivo principal de Fornero es llegar a un “contrato único” que “evolucionan con la edad, en lugar de contratos nacionales específicos que evolucionan para cada edad”.
En cuanto a redes de seguridad social, este es “un capítulo muy importante: necesitamos amortiguadores para facilitar la reubicación de los trabajadores – dijo Fornero -. Para lograr el objetivo, sería importante una transición a un sistema integrado, basado en dos pilares: uno para la reducción temporal de la actividad; el otro, para el apoyo a los ingresos de quienes han perdido su trabajo. Los amortiguadores se financiarán con cotizaciones como ocurre en el sistema de seguros mientras que la tributación general se utilizará para la asistencia”.
Lamentablemente, sin embargo, el ministro confirmó un temor ya generalizado: a corto plazo "no tenemos recursos para gastar en este frente".
El mismo triste discurso también para “el régimen de ingresos mínimos“, que “requiere recursos ahora indetectables”. ¿Cómo hacer? "Por cuestiones presupuestarias, ya podría estar identificado en esta reforma", concedió el ministro, aunque añadió que "podría aplazarse la aplicación normativa".
