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Aquí viene de nuevo Nibali: el Giro de Italia triunfa y reabre

El campeón italiano gana la etapa alpina de Risoul por desprendimiento y ahora es segundo en la clasificación a solo 43″ del nuevo maillot rosa del colombiano Esteban Chaves – Mala suerte de Krujiswjicke: cae al hielo y pierde el liderato – Valverde también derrotado – Hoy el desafío decisivo con tres colinas legendarias y el ascenso final a Sant'Anna di Vinadio

Aquí viene de nuevo Nibali: el Giro de Italia triunfa y reabre

Aquí viene el Tiburón que, en el ascenso de Risoul, en Francia, recuerda a todos, con una hazaña de otros tiempos, que por estos lares hace sólo dos años fue Roi Nibali, con el maillot amarillo, dueño absoluto del Tour, quien ayer salió a la caza del maillot rosa, ganando la etapa a lo grande y reabriendo un Giro que durante una semana, desde la desfavorable contrarreloj en el Alpe di Siusi, le había relegado inexorablemente entre los batidos, ahora fuera de carrera.

Nibali tampoco conquistó el maillot rosa, que pasó de los hombros del desgraciado Krujiswjick -que se estrelló en la bajada del Passo dell'Agnello- a los del colombiano Esteban Chaves, pero tras la hazaña de ayer saltó al segundo puesto de la clasificaciones a solo 43 ”del Hummingbird. Lo Squalo ha vuelto a poner el Giro en el punto de mira. Hoy la sentencia definitiva se confía a otro paseo por tres colinas legendarias, el Vars, el Bonette y el Lombarda, con altitudes superiores a 2500 primero, antes de la subida a la meta de Sant'Anna di Vinadio. Se anuncia otra batalla en el cartel de Nibali devolvió el Tiburón cuando había demasiados para renunciar a él, olvidando el orgullo innato que anima al campeón siciliano.

El grito liberador de Risoul, una vez bajado de su bicicleta, fue la efusión humana de un campeón que nunca ha sufrido críticas y humillaciones como en esta semana como si hubiera tomado la avenida del ocaso. También se mostraron demasiado decepcionados en el Astana, donde incluso se habló de una posible retirada, como para no plantear algunas dudas de que bajo las cenizas de la resignación se preparaban para la gran resurrección. “Esperemos a las montañas grandes y ya veremos”. Nibali había dicho sibilino en la víspera de las dos grandes etapas donde los huecos ya no se contarían en segundos sino en minutos. Y el Tiburón, tomando por sorpresa a todos los búhos, hizo un vacío al volcar el ranking a su favor. Echarle una mano -a él pero también a Chaves- fue también el destino que ayer asedió a Krujiswjick, que no había dado muestras de rendirse al coronar el Cordero envuelto en niebla y cubierto de nieve junto a Nibali y Chaves. Un derrape malintencionado en la primera parte de la bajada hizo que se catapultara contra la nieve helada al borde de la carretera. El maillot rosa aturdido se levanta pero la bici está rota. Se reinicia después de arreglarlo de alguna manera, pero aún tiene que detenerse para cambiarlo.

El holandés se lanza de cabeza a la persecución, con la valentía de quien no quiere que se desvanezca un cuento de hadas pero entiende que el Giro se le escapa. También lo alcanza Valverde que había entrado en una pequeña crisis en las interminables rampas del Agnello, evidentemente sufriendo por la altura cuando se pasa de los 2500 metros. En la delantera Nibali y Chaves son inexpugnables. El italiano también encuentra el consuelo de Michele Scarponi, que fue el primero en domar la Cima Coppi y que, dada la ventaja, podría haber ganado incluso la etapa si no lo hubiera detenido el buque insignia de Astana para esperar al desatado Squalo que porque el encanto había encontrado piernas, ritmo y humor. En juego estaba ganar el Giro.

Y en la subida a Risoul también el escalador Chaves, el Colibrí de Colombia, tiene que rendirse ante la superioridad de Roi Nibali, que cruza la línea de meta solo con los brazos en alto para recordar a su jovencísima pupila, Rosario Costa, que murió en el entrenamiento el 15 de mayo. Comienza el conteo de segundos. Chaves llega al 53” precedido también por Mikel Nieve que le sopla el plus del 6” pero se encontrará con el maillot rosa que ya llevaba un día ganando en Corvara. Cuarto llega el sorprendente Diego Ulissi, un talentoso corredor que en este Giro se ha visto mejorando mucho su rendimiento cuesta arriba. Hay que esperar 2'14” para ver en meta a Alejandro Valverde con Majka y Uran: el español le pone garra y rabia pero sale derrotado de la etapa, perdiendo también el podio y cayendo al cuarto puesto 1'48 ” detrás de Chaves. Krujiswick, que luchó solo contra todos y la mala suerte, llega 16º a 4'54”: se pierde el maillot rosa pero el holandés sigue en la clasificación, tercero a 1'05” de Chaves ya 21” de Nibali. Entre los grandes nombres de la clasificación, el ruso Zakarin no llegó a la meta, acabando dramáticamente fuera de la carretera en un riachuelo en la bajada de Agnello: mucho miedo, fractura de clavícula y adiós a la carrera rosa.

El Giro, que parecía cerrado en los Dolomitas, reabrió en Francia anunciando un espectacular desafío a la última pedalada en los 134 km de la penúltima etapa, corta pero terrible por el desnivel a subir. Un duelo directo entre Nibali y Chaves, pero que no excluye al propio Krujiswjick que, pese a su derrota ayer, demostró su valía. Más problemático, a la luz de lo que vimos ayer, es la vuelta de Valverde al juego, pero el murciano es de los que nunca se dan por vencidos.

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