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Referéndum de última milla, mejor votar con la cabeza que con la barriga

Tras una campaña electoral "aberrante", es de esperar que el domingo la mayoría de los italianos no sigan la invitación de Beppe Grillo de "elegir con la barriga entre el SÍ y el No" - El ansia de venganza de la oposición ha eclipsado el mérito de la reforma pero los Bersani, los D'Alemas, los Berlusconi y los Monti se arriesgan a sacudir el árbol sin recoger los frutos – VIDEO.

Referéndum de última milla, mejor votar con la cabeza que con la barriga

Falta poco para el veredicto del 4 de diciembre. La disputa entre los que están a favor y en contra de la ley de reforma de la Constitución se vuelve cada vez más candente: un desafío, dice Giorgio Napolitano, "ahora aberrante". Y es difícil culpar al Presidente Emérito de la República después de que ciertos exponentes políticos, en vez de oponer argumentos a sus opositores, prefieran lanzarles el epíteto de “sembrar”, mientras los juristas, pulidos y sobrios hace poco, ahora, precipitadamente, llaman: "esos tontos" a los que se atreven a oponerse a sus pretensiones.

Por no hablar de la opción temeraria anunciada por el Comité del "No": una apelación "independientemente" si el voto extranjero resulta ser decisivo; como si quien vive fuera del territorio italiano fuera titular de un sufragio descartado.

La difusión de las encuestas, en la medida en que lo permite la normativa, contribuyó no poco a incandescente el clima, coincidiendo casi todos en considerar prevaleciente el frente de los opositores a la reforma de ley.

Sobre las encuestas electorales –después de muchas malas pruebas, como la –sensacional– proporcionada recientemente con motivo de la elección del presidente de los Estados Unidos–, en realidad sería prudente permanecer cauteloso.

Pero, netas de las reservas acerca de su fiabilidad, estas investigaciones aún pueden ser útiles para alguna reflexión. Por ejemplo, se puede observar que hasta finales de julio todas las encuestas daban una clara ventaja a los partidarios de la reforma; recién en otoño comenzó a cambiar la tendencia a favor del "no".

Además, el texto de la reforma ya estaba en el Boletín del 15 de abril: más de tres meses es tiempo suficiente para formarse una opinión sobre la procedencia de la medida. Si posteriormente se incrementó el frente de los contrarios, es por tanto razonable pensar que fueron consideraciones de carácter político general las que ejercieron un peso creciente.

Más que la "personalización" -que muchos atribuyen al presidente del Gobierno- para marcar la pauta de la larga campaña electoral que se desarrolla desde hace seis meses parece haber sido, en definitiva, primero la esperanza y luego el convencimiento de que la " no” podría ser la palanca idónea para hacer estallar la estructura política determinada por el nacimiento del gobierno Renzi.

Que esto se considere útil para las fuerzas que siempre han estado desplegadas del lado de una oposición sin cuartel (como el 5 estrellas y la Lega) es del todo plausible; sin embargo, no lo es en absoluto en el caso de otros (en particular Forza Italia y el área disidente del Partido Demócrata) que, incluso recientemente, han coincidido de manera exigente en la necesidad de una actualización de la Constitución, para una mayor eficacia del proceso legislativo y de una relación más equilibrada entre el Estado y las Regiones.

En cambio, se trata de fuerzas que ahora se oponen a objetivos similares, que, además, con el Sí a la reforma, se acercarían. Además, lo hacen con tonos cada vez más apocalípticos (y por tanto menos convincentes) y sin prestar atención a las repercusiones -en términos de estabilidad política y de relaciones con Europa- que una posible afirmación del "no" podría tener sobre el país.

En definitiva, las razones de táctica política de Bersani, D'Alema, Berlusconi, Monti (y tal vez una cierta ansiedad de venganza) parecen haberles hecho perder de vista precisamente lo político, en el sentido más profundo del impulso a la acción real reformista, la ley, aprobada tras un largo proceso en el Parlamento, contiene efectivamente. Con el riesgo muy concreto de ser quienes sacudan un árbol cuyos frutos, en caso de éxito del No, serían fatalmente recogidos por otros.

Solo cabe esperar que la mayoría de los ciudadanos el próximo domingo, en un momento tan difícil para Italia y Occidente, rechace la peligrosa invitación de Beppe Grillo. Hablando en Roma, la cabeza de las 5 estrellas -agitando un gran corazón de plástico como un viejo payaso- dijo: “Entre el sí y el no, elige tu tripa”.

Pero esta parte del cuerpo es para otra cosa. Es mucho mejor usar la cabeza para votar.

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