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Quintana, un cóndor en el Giro. Podio y muchos aplausos para Aru

El sprint ganador de Mezgec concluye un Giro dominado por los colores colombianos en Trieste pero que dota al pedal italiano de un corredor ciertamente talentoso que con Nibali podrá competir en lo más alto en las grandes carreras por etapas

Quintana, un cóndor en el Giro. Podio y muchos aplausos para Aru

En la meta final de Trieste estalló la fiesta colombiana. El Giro terminó exaltando al más fuerte grimpeur que impuso su ley en las grandes montañas, las de la leyenda de la carrera rosa. Nairo Quintana, tras terminar segundo por detrás de Froome en el Tour del año pasado, logró en su debut el objetivo del Giro al darle a Colombia la alegría de su primera victoria en la gran carrera por etapas italiana.

Con apenas 24 años el próximo 4 de febrero, el líder de Movistar entra con fuerza en los grandes del ciclismo de hoy y de mañana, lanzando un reto a los muchos grandes nombres que no estuvieron en este Giro. Y es precisamente la ausencia de campeones como Contador, Froome o Nibali el único elemento que -en una hipotética nota que elabora el Giro- nos impide sumar el elogio al 10 que se merece este pequeño ciclista, con cara de Indio andino, que durante la mitad del Giro parecía una esfinge sobre los pedales antes de revelarse como el cóndor que es en las asfixiantes curvas cerradas de Montecampione y en la cronometrada subida a Cima Grappa. Y en el escalón más alto del podio de Trieste, el Cóndor con su hijita en brazos, también vestida toda de rosa, se emocionó y por primera vez se le vio sonriendo.  

El triunfo del ciclismo colombiano también lo completa el segundo lugar de Rigoberto Urán, aunque el portador de Omega Pharma Quick Step no fue el retrato de la alegría cuando subió al podio de la premiación. Y se puede entender por qué Urán empezó a perder el Giro cuando parecía que ya lo tenía en el bolsillo tras la espectacular contrarreloj de Barolo, cuando les dio una dura lección a todos, incluido Quintana, al ganar su primer maillot rosa. Pero la mejora en el ritmo y en las contrarreloj le pagó caro en la montaña, con actuaciones decepcionantes, muy por debajo de su reputación como escalador. El amarillo de las motos de seguridad en la bajada del Stelvio, que habría favorecido a Quintana, tampoco basta para explicar el desvanecimiento de su sueño rosa.

Si fue el Giro bajo el signo de Colombia, también el ciclismo italiano, que en la primera semana de carrera aún no había ganado nada, si no algunos hitos voladores, debe agradecer esta edición porque les dio, además de un Pozzovivo nunca. así corren, dos corredores, Fabio Aru y Diego Ulissi, que tienen todas las cualidades para dar grandes satisfacciones al pedal azul. Lo que hizo Aru quedará en el recuerdo de este Giro: una explosión de energía en su sprint para ganar en Montecampione, un trepidante duelo con Quintana en su contrarreloj cuesta arriba en Grappa, una racional táctica defensiva en Zoncolan, cuando se dio cuenta de que ya no Tenía suficientes piernas para atacar. Un nuevo talento, seguidor de Nibali hasta ayer, que con su juventud -24 años el 3 de julio- abre brillantes horizontes al ciclismo italiano en las grandes carreras por etapas, haciendo menos doloroso el ocaso de Basso, Scarponi y Cunego. Una carrera que vale aún más que el brillante tercer puesto que le valió el podio por detrás de los dos colombianos. Incluso Ulissi, hasta que la mala suerte le obligó a retirarse, demostró de qué pasta está hecho: dos victorias en dos etapas nada fáciles dicen mucho sobre las posibilidades del toscano de ser protagonista en el calendario de clásicas internacionales a partir de ahora.

Un Giro que también premia al ciclismo australiano y que también ofrece notas reconfortantes al francés que llevaba años desairando la cita italiana. Cuatro etapas, dos de las cuales con Rogers, seis días de rosa para Michael Matthews, cuatro para Evans: este es el botín de los canguros, un récord histórico en el Giro, que confirma un movimiento en auge aunque en la cima todavía no A ver quién puede asumir el legado de Cadel Evans, un campeón que lo dio todo en este Giro pero que fracasó -también por su edad- en los momentos decisivos en la gran montaña. En cuanto a Francia, más que Pierre Rolland -cuarto por detrás de Aru-, cuyas dotes como uno de los escaladores más valientes ya era conocida, convenció a Nacer Bouhanni, un gran velocista que, tras la retirada de Marcel Kittel, se convirtió en el rey de los sprints de este Tour. . Tres victorias, maillot rojo en la clasificación de puntos, con el único arrepentimiento de haber fallado el póquer en el último sprint en Trieste. Comenzando un momento tarde, esta vez no pudo recuperarse, terminando solo cuarto. El esloveno Luka Mezgec, el velocista al que apuntaba Giant Shimano tras la retirada de Kittel, aprovechó para ganar su primera etapa. Segundo por cuarta vez en este Giro, Giacomo Nizzolo. Tercero fue el estadounidense Tyler Farrar.

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