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Plan industrial Rai: ¿revolución o fábrica de sillones?

El plan industrial Lega-M5S Rai regatea la comisión de vigilancia pero llega a la junta directiva. Cambiamos las direcciones tradicionales de la red y damos paso a una profunda reorganización de cartas y asignaciones. ¿Ha vuelto el director general? Esto es lo que hay detrás de la nueva reorganización

Plan industrial Rai: ¿revolución o fábrica de sillones?

Un entrecruzamiento perverso entre la política, el Gobierno y la Rai con un hilo conductor: el nuevo Plan Industrial aprobado recientemente por el Consejo de Administración de Viale Mazzini. En el artículo anterior sobre este tema escribimos sobre la audiencia programada en la Comisión Parlamentaria de Supervisión, que debía ver el Plan mismo y expresar una evaluación. Tras el segundo aplazamiento estamos en punto muerto: todas las fuerzas políticas creen que el tema puede esperar tiempos mejores, quizás los resultados de la próxima competición electoral europea.

¿Por qué todo esto y por qué sucede después de haber sido ya postergado seis meses respecto a lo expresamente previsto en el Contrato de Servicios? La respuesta es formalmente simple: porque para las fuerzas de la mayoría del Gobierno, la Liga y el M5S, entre las muchas tensiones que los dividen el de Rai es de particular interés y delicadeza.

Mucha "prudencia" hay en el contenido del Plan de Empresa, en sus directrices: el pilar, el elemento más relevante, del Plan es la propuesta de cambiar radicalmente la estructura organizativa de la Compañía de radiodifusión de servicio público. La actual planta de producción de redes verticales y cabeceras es revolucionaria (sobre la raíz de la ya antigua visión surgida de las reformas anteriores) para llevarla hacia una estructura horizontal, denominada "contenido céntrica" ​​donde se han identificado nueve direcciones nuevas: Entretenimiento Diurno y Prime Time Entertainment, Contenidos Culturales y Educativos, Insights, Ficción, Cine/Series, Documentales, Infantil y Nuevos Formatos y Digital. Todo ello coordinado y potenciado por una función de Marketing.

Además, este nuevo modelo cuenta con un mayor separación de responsabilidades y especializaciones de roles en comparación a lo que está pasando actualmente. Los actuales directores de red, por ejemplo, tendrán menos autonomía editorial y presupuestaria, configurándose efectivamente como simples ejecutores de indicaciones que provengan de las direcciones competentes. Todavía no parece del todo claro cuánto, en qué medida y con qué margen de actuación podrán actuar los nuevos directores frente a los actuales, con posibles riesgos de superposiciones y duplicaciones como, por ejemplo, temió recientemente el ex subsecretario del Tlc, Antonello Giacomelli. A estos capítulos hay que añadir otros, no menos relevantes, relacionados con el Plan Industrial: la creación de nuevos canales (ingleses e institucionales) junto con un proyecto para minorías lingüísticas y una curiosa nota relativa a un canal femenino (resumen de Rai Premium y Rai Movie como se indica en las páginas 9 y 11 del Plan).

En este punto entra en juego la política y el hambre habitual de puestos de trabajo, escaños y presupuestos que gestionar. Con este nuevo plan de negocios se barajan todas las cartas, por el contrario, se utiliza un nuevo mazo para abrir un nuevo juego y ninguno de los jugadores está dispuesto a dejar puntos ganadores al oponente. Solo para dar una idea de cómo podrían ir las cosas, esta mañana, miércoles 27 de marzo, debería presentarse al Consejo de Administración de Viale Mazzini una propuesta de nueva estructura organizativa empresarial que debía prever la exhumación de la antigua figura del Gerente General que la ley vigente había anulado en favor de la nueva articulada en el Gerente General (hablamos de Alberto Matassino). La lógica de la Ley era el "un hombre al mando" de Renziana que ahora, sin embargo, con un golpe mágico, sería anulado en favor de "dos hombres solos al mando" que, aunque con roles distintos, ellos también, de hecho, deberían gobernar. la Compañía y su posible cambio. Y es precisamente en cómo, con qué criterios, con qué procedimientos deben ser nombrados los nuevos consejeros que el Plan puede estancarse. No se habla de transparencia, de métodos de selección de perfiles profesionales y podría ser, en lo que parece por el momento, un procedimiento completamente independiente de lo que actualmente se contempla.

Se trata por tanto de una profunda innovación que, de aplicarse, podría afectar radicalmente la naturaleza y la propia percepción del Servicio por parte de los usuarios, por parte de los ciudadanos que pagan la tarifa. En este frente se abren dos capítulos de considerable importancia: los recursos con los que contar para aplicar el Plan (en Firstonline escribimos sobre el desequilibrio entre lo que se le exige a la Rai para lo que debe producir frente al presupuesto que tiene) y la función fundamental de apoyo a la cohesión social que el Servicio Público está llamado a desempeñar. Volveremos sobre estos temas.

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