Cualquiera que haya estado en Nueva York de vacaciones y haya parado en un supermercado seguro que lo sabe: las bolsas de plástico abundan por esos lares. Una vez que llegue a la caja, se verá inundado de sobres, incluso si los productos comprados son un par. Siempre es mejor, ante la duda, utilizar un par dentro de otro, para evitar que se rompan. Ahora este hábito, escribe el corresponsal estadounidense del diario Les Echospodría cambiar radicalmente.
Después de un intento fallido el año pasado, los concejales más ecológicos de la ciudad de Nueva York vuelven a la acción y proponen imponer un impuesto de 10 centavos a las bolsas de plástico y papel.
“Las bolsas obstruyen desagües y tuberías, provocan inundaciones y contaminan nuestras playas”, explica Margaret Chin, una de las mayores defensoras de la medida. Según las estadísticas municipales, la ciudad estadounidense gasta $10 millones cada año para depositar en vertederos 5,2 millones de bolsas que usan los residentes.
Si se promulga el impuesto, Nueva York se unirá a un grupo de otras ciudades que han tomado medidas similares o incluso más drásticas. Desde 2009, Washington prohibió las bolsas de plástico tradicionales e impuso un impuesto de 5 centavos a todas las demás bolsas de un solo uso (las de papel, por ejemplo). Desde enero, los grandes supermercados de Los Ángeles ya no pueden ofrecer bolsas de plástico y se ven obligados a cobrar 10 centavos cada uno por las bolsas de papel. La misma regla entrará en vigor el XNUMX de julio también para las tiendas más pequeñas.
El tema es cada vez más relevante en Estados Unidos. Los cuatro condados que componen las islas hawaianas han prohibido no solo las bolsas de plástico, sino también las bolsas de papel que no sean al menos un 40 % reciclables. California, Massachusetts y el estado de Washington están considerando una prohibición.
El problema es que cualquier esfuerzo en esta dirección va en contra del lobby de la industria del plástico. Lee Califf, presidente de la American Progressive Bag Alliance, que representa a los productores de bolsas de plástico, arremetió contra la disposición de Nueva York: "Esta nueva regla aumenta el ya alto costo de los alimentos para los neoyorquinos". La industria también habla sobre la posibilidad de pérdida de puestos de trabajo si se reduce el uso de bolsas de plástico.