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Napolitano: ahora necesitamos una maniobra más efectiva. Hoy la huelga de la CGIL

Tras el recurso del Presidente de la República es posible que el Senado apruebe el texto el sábado - Pero el problema de la credibilidad atañe también al Gobierno que deberá llevar a cabo las medidas previstas - Es posible que las oposiciones tengan una Ejecutivo de unidad nacional, pero sin Berlusconi - Mientras tanto, la Liga no renuncia a las pensiones

Napolitano: ahora necesitamos una maniobra más efectiva. Hoy la huelga de la CGIL

Inmediatamente medidas "más efectivas y creíbles". Este es el sentido y la letra del llamamiento dirigido a nuestra política por el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, al final de una jornada que vio el claro rechazo de los mercados a laúltimo borrador de la maniobra establecido por el Gobierno.

Todo pasó: el diferencial con los bonos alemanes volvió a subir por encima de los 370 puntos, a pesar del apoyo del BCE; Trichet y sobre todo Draghi han dejado claro que ese apoyo no será eterno. Y mientras tanto, Merkel no dudó en asociar la fragilidad de Italia con la de Grecia. ¿Será suficiente el llamado del jefe de Estado para revertir una situación que definir desfavorable es solo un eufemismo? Dependerá de cómo se comporten los destinatarios del recurso.

La maniobra (¿pero con qué medidas?) puede ser aprobada por el Senado el sábado: la oposición ya ha hecho saber que está dispuesta a reducir al mínimo sus enmiendas. Pero la disponibilidad en el método corresponde a una firmeza similar en los contenidos, por lo que el voto en contra también se da por hecho en el área de centro. En cuanto a la mayoría, las últimas noticias confirman que el intento de Tremonti de convencer a Bossi ya la Liga de estar más dispuestos a intervenir en el sistema de pensiones no ha tenido éxito.

Y luego también hay que tener en cuenta la huelga general de la CGIL que ha organizado manifestaciones en muchas plazas italianas para hoy. Luego está un problema más general de la credibilidad del Gobierno, de su política económica y del Primer Ministro. Credibilidad hacia el país, pero como hemos visto también hacia los mercados internacionales. Porque también se puede decir, como hizo con exceso de desenfado el secretario del Pdl Alfano, que la política no la deben hacer los mercados, pero es igualmente cierto que un país endeudado con esos mercados como el nuestro debe rendir cuentas si quiere que respalden nuestros bonos del gobierno.

En resumen, el problema de la credibilidad no solo podría referirse al contenido de la maniobra, sino también a quién primero tendrá que aprobar ese contenido y luego implementarlo. En los últimos días se ha hablado mucho (en Roma, Bruselas y Cernobbio) de la hipótesis de un gobierno de unidad nacional con todas las grandes fuerzas políticas nacionales y presidido por una figura institucional de alto perfil. Sería (sí) una fuerte señal de credibilidad nacional para los mercados y más allá. Pero el PDL, que también tiene nuevo secretario y en el que no faltan los que se posicionan de cara al después de Berlusconi, sigue agrupando al presidente del Gobierno.

Un primer ministro que hace 17 años había explicado su bajada al campo como un servicio al país. Aunque para servir al país, a veces puede ser igual de útil salir del campo en el momento adecuado. Y esto también es un tema de debate político.

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