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Mps: "¿Comisionado? Sí, pero la Fundación". La opinión de Ernesto Auci

Para Ernesto Auci, candidato de Elección Cívica-Monti por Italia en la Cámara de Diputados de la circunscripción de Piamonte1, es necesario evaluar la posibilidad de poner en suspensión de pagos a la Fundación, enviando a casa a todos los actuales directores políticamente designados - Como primer paso, el Consejo del Banco debe notificar un balance actualizado

Mps: "¿Comisionado? Sí, pero la Fundación". La opinión de Ernesto Auci

En un momento en que la campaña electoral amenaza con aplastar el análisis de la grave crisis del Monte dei Paschi di Siena más sobre las responsabilidades del pasado que sobre las vías más eficaces y transparentes para salir de ella, la provocación de Giacomo Vaciago es oportuna. De hecho, es necesario identificar, más allá de la denuncia judicial, la mejor manera de iniciar la rehabilitación del Monte cortando de raíz las causas que llevaron a la mala gestión del banco. De hecho, sin caer demasiado en las polémicas sobre el pasado, pero entender por qué el Monte ha acabado en sus dificultades actuales, es fundamental preparar las herramientas más adecuadas para poder curar rápidamente las heridas.

No hay duda de que la mezcla entre política y banca es un nudo por resolver. De hecho, durante mucho tiempo la Fundación quiso mantener la mayoría absoluta del capital del Banco precisamente para poder controlarlo en su totalidad, es decir, no tanto porque fuera la mejor inversión posible en términos de rentabilidad del capital, sino porque de la influencia que este cargo permitía en los nombramientos de altos directivos, ejecutivos y gerencia de crédito. En otras palabras, la ciudad de Siena tenía y tiene todo el derecho a utilizar los fondos de la Fundación como mejor le parezca (para financiar el Palio, o los hospitales o los aeropuertos) por lo que el problema no es tanto el del despilfarro de la Fundación que "caridad" a favor de sus propietarios políticos, sino la influencia que la propia Fundación ha ejercido en la gestión del banco y en las operaciones de adquisición realizadas a un alto precio como la de Antonveneta.

Además, los políticos que dominan el patronato de la Fundación han impedido durante mucho tiempo que el banco realizara acuerdos, como la fusión con BNL, que habría permitido la creación de un grupo bastante grande y competitivo, pero habría provocado que la propia Fundación perderá su mayoría absoluta del capital de la nueva sociedad y por tanto la influencia exclusiva en las estrategias y gestión de la sociedad bancaria.

Ahora el Directorio del Banco, bajo la supervisión del Banco de Italia, debe comunicar lo antes posible un balance y una situación económica actualizados, para poder evaluar los riesgos que aún persisten, las necesidades de capital y los planes de reestructuración de mejorar la tendencia de los resultados económicos.

Sólo sobre esta base será posible evaluar de manera concreta y sin anteojeras ideológicas qué camino es más conveniente seguir. Es decir, si es necesaria una verdadera nacionalización o si es posible una sindicatura que en todo caso la legislación vigente vincula a situaciones económicas y financieras precisas, o si por el contrario no conviene seguir otros caminos. Si, como se mencionó, el problema es el de la Fundación que, además, el Presidente Guzzetti cree que tiene un estatuto contrario a las leyes vigentes, entonces el Ministro de Hacienda debería evaluar la posibilidad de poner en comisión la Fundación enviando a casa todos los actuales consejeros designados políticamente para enviar a un hombre por encima de los partidos a ejercer el papel de accionista con la tarea de facilitar todas las operaciones posibles para asegurar el banco, incluso reduciendo su propia participación, y para reparar en lo posible los agujeros en los activos de la Fundación misma que está incluso peligrosamente endeudada.

De esta manera, la relación entre la política y el banco, que es lo primero que hay que hacer, quedaría recortada hasta la médula, dejando un amplio espacio para que la actual cumbre presidida por Alessandro Profumo implemente las reestructuraciones gerenciales y de capital para llevar a Monte dei Paschi volver a ser el gran banco que merece ser.

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