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Mozzarella de búfala: DOP e IGP no son opcionales, dice Raimondo (Afidop)

Domenico Raimondo, de Salerno, nacido en 1971, es presidente de Consorcio para la Protección de la Mozzarella di Bufala Campana DOP desde 2011, una de las realidades más importantes, en términos de historia y números, del sector agroalimentario italiano, el más importante del Sur. Por lo tanto, comprometido desde hace años en la valorización y protección de este magnífico producto, Raimondo es sin duda uno de los principales artífices de la afirmación de la Mozzarella di Bufala Campana DOP como emblema de la excelencia Made In Italy, dentro y fuera de las fronteras nacionales. Como una demostración más del trabajo realizado y de los éxitos alcanzados, el nombramiento, por unanimidad en mayo de este año, a la presidencia de AFIDOP (Asociación de Quesos Italianos DOP e IGP)), otra entidad relevante que agrupa a 27 Consorcios de Protección que incluyen las principales cadenas lácteas que cubren el 99,8% de la producción italiana de quesos de marca DOP.

Recién cumplidos los cincuenta años, cuarta generación de "maestro quesero", pasión por la política y la equitación, lo que le lleva a pensar siempre en cómo afrontar los obstáculos, superándolos y no eludiéndolos, desde que le llamaron para encabezar la El Consorcio de Mozzarella di Bufala Campana siempre ha luchado para que la mozzarella de búfala se presente internacionalmente bajo los auspicios de la DOP y, más en general, de las Indicaciones Geográficas (IG). Fue un trabajo exigente, pero al final su larga visión valió la pena.

Vivimos en el nación con mayor número de IG del Viejo Continente –le gusta recordar– y probablemente esto se deba a nuestra cultura culinaria, a que en cada rincón, de norte a sur, se produce algo bueno. “Por eso creo que las IG son un reconocimiento muy importante: las marcas dan, en primer lugar, más atractivo al producto que el “competidor” genérico y luego representan una garantía para el consumidor, que de esta forma está mejor protegido y protegido. " .

Una percepción que está muy presente hoy en Italia, pero que poco a poco va ganando terreno también en el resto de Europa. En el extranjero, la situación es un poco más compleja, pero incluso aquí se empieza a entender el valor de estas marcas. "Por ejemplo, recientemente fuimos llamados, junto con otros importantes consorcios italianos, - dice Raimondo - para explicar a los japoneses cómo tomar un camino similar para sus productos".

Una gran satisfacción sin duda. Pero lo que más le satisface es que, finalmente, incluso el consumidor italiano, que hasta hace unos años estaba un poco indeciso, ha comprendido el valor intrínseco de las IG.

Sin embargo, todavía hay algunos problemas que superar para implementar la confianza del consumidor, y eso es poder garantizar que los minoristas a gran escala diferencien los productos genéricos de los de marca IG en el estante, destacando así el valor intrínseco de estos últimos. “En este sentido, deberíamos haber mantenido una reunión con la exministra Martina y el gran comercio minorista italiano -se queja Raimondo-, pero la cosa fracasó por razones políticas que todos conocemos. Ahora deberíamos poder tener una reunión con el nuevo ministro lo antes posible. En todo caso, creo que el paso decisivo a dar es este, para que todo el mundo puede reconocer la importancia de las indicaciones geográficas.

Para los productores, en cambio, el de las IG es un valor adquirido, ya es una conciencia común que las IG abren una relación privilegiada y directa con el consumidor. Aunque Raimondo se declara convencido de que siempre se ha compartido la idea de la IG como un valor adquirido para todos. “Hay conciencia de la importancia de la marca, de su atractivo y de las ventajas que aporta”, dice y añade “queda el problema de la gran distribución que, para quienes apuestan mucho por este canal, puede ser una carga económica pero , como se mencionó, confiamos en que el asunto se resolverá”.

Desde mayo de 2018, Raimondo también ocupa el cargo de presidente de AFIDOP, la Asociación de Quesos Italianos DOP e IGP. Y como lo hizo para el Consorcio de mozzarella de búfala, ciertamente no es uno para mantener las manos en los bolsillos. Una de las primeras urgencias es llegar lo más rápido posible sentarse a la mesa con el gobierno para tratar de obtener más atención de la GDO.

Pero si lo relativo a la DOP es el primer punto a abordar, otros son urgentes como el de sacar cada vez más de Italia los quesos DOP e IGP a través de la participación en eventos y ferias.

“Necesitamos estar lo más unidos posible y destacar incluso las producciones más pequeñas, que quizás tengan una facturación más baja que las marcas más conocidas, pero que representan bien, con su tipicidad, la excelencia del Made in Italy. Estoy convencido de que, una vez recorrido este camino con convicción, la bondad objetiva de los productos hablará por sí sola”.

Volviendo a la mozzarella de búfala, y a las estrategias de difusión de este extraordinario protagonista de la mesa italiana y del Made in Italy, hay que reconocer que la restauración ha jugado un papel estratégico en la historia del crecimiento de la mozzarella de búfala y de los productos con Indicación Geográfica. Raimondo no tiene dudas: aún queda camino por recorrer. “La cocina es un medio importante para darse a conocer en todo el mundo. En la restauración, y añadiría en las pizzerías, es posible destacar el producto como ingrediente. Creo que la importancia de la materia prima es ya un hecho bien conocido por chefs, pizzeros y conocedores de nuestra península. En cambio, debemos continuar trabajando e impulsar este concepto más allá. Estoy convencido de que es un trabajo que dará frutos”.

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