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Moda y lujo: Italia, llega el extranjero. Cada vez son más las empresas que cambian de manos

2011 vio pasar a manos francesas dos marcas históricas como Bulgari y Brioni (en Lvmh y Ppr respectivamente) – Las transalpinas son las más activas, pero grupos y fondos de todo el mundo han invertido en Made in Italy: en el último año 15 las empresas han cambiado de bando – Ferrè y La Rinascente también venden – Marzotto quiere vender Hugo Boss

Moda y lujo: Italia, llega el extranjero. Cada vez son más las empresas que cambian de manos

Mientras que el sector moda y lujo, a nivel mundial, muestra signos de crecimiento, gracias a un positivo 2011 (impulsado principalmente por Asia y países en desarrollo) y previsiones moderadamente optimistas para el año que acaba de comenzar, hay un hecho que preocupa al made in Italy

Justo en el año en que las operaciones de Las fusiones y adquisiciones en moda y prendas de vestir disminuyeron un 33 % (91 contra 137 en 2010 y 149 en 2007), hasta 15 de ellos, o el 16% del total, se refieren a operaciones realizadas en Italia por grupos extranjeros.

Esto es lo que surge de unanálisis realizado por el estudio Pambianco, quien comenta: “No es tanto el número lo que preocupatanto como la calidad de las operaciones que realizan los extranjeros en nuestro país. A este ritmo, corremos el riesgo de perder gran parte de la herencia italiana en los sectores de la moda y el lujo en los próximos años”.

Los franceses se confirman como los "depredadores" más voraces., autores en 2011 de los dos tiros símbolo del año: el paso de Bulgari a Lvmh y la adquisición de la histórica sastrería masculina Brioni (quien viste a obama, Putin y todos los James Bond en el cine) por ppr. Entre otras cosas, los dos gigantes transalpinos ya habían puesto sus manos sobre otras marcas italianas: Bernard Arnault es propietario de Fendi, Emilio Pucci y Acqua di Parma, mientras que su rival François-Henri Pinault, de Ppr, ya tenía en su cartera de lujo a Gucci. , Bottega Veneta y Sergio Rossi.

Pero no sólo Francia se enamora del Made in Italy. El año pasado también se vio 8% de Ferragamo, por ejemplo, adquirida por Peter Woo Kwong Ching de Hong Kong (en cuya bolsa cotiza la empresa y porque China es un mercado muy importante para la maison florentina); en el sector de la marroquinería pato mandarina y mariquitas se convirtieron en coreanos, tomados de E. Land; Gianfranco Ferre pasó al Grupo de París, que no es francés sino de Emiratos Árabes Unidos, al igual que es árabe el fondo Mudabala, que compró el 40% de Ballantyne. Infine, Belstaff terminó en Austria (Labelux) e incluso la marca de distribución muy italiana La rinascente ahora ondea la bandera tailandesa, a través de Central Retail Corporation. 

El próximo gran nombre que se sumará a la lista será Hugo Boss, que está en manos de la familia Marzotto y el fondo Permira desde 2007que ahora se prepara para vender. En este caso, sin embargo, solo se trata de una entrega con fines especulativos, ya que la maison (de origen alemana, no italiana) cerró 2011 con un beneficio superior al 53% hasta los 285 millones de euros, y ahora Permira quiere pasar al cobro, dando subir el control

¿Y las empresas italianas, o lo que queda de ellas? Han combinado, por su parte, poco o nada. Los únicos que mantuvieron la bandera en alto fueron Luxottica, que adquirió la brasileña Tecnol y las mexicanas High Tech y Sanza, e Sáfilo, todavía en el sector de las gafas, que se hizo cargo de Polaroid y Eyewear. 

El por qué de este fenómeno, ya conocido y destinado a crecer, siempre lo explica Pambianco: “El mercado de la moda y el lujo, a pesar de la crisis, crece gracias a los países emergentes. Pero solo los grandes grupos extranjeros de lujo se están beneficiando de esta situación, con crecimientos de dos dígitos en facturación y márgenes para generar una abundante caja disponible. En Italia, no solo el tamaño medio de las empresas es pequeño y no les permite engancharse a ese tren de crecimiento pero el mercado interior está sufriendo”. Por eso nuestras empresas, que luchan por crecer, se convierten en presas cada vez más codiciadas.

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