La política de acogida de Alemania no cambiará tras los ataques terroristas perpetrados por refugiados en suelo alemán. Así lo asegura la canciller Angela Merkel, quien subraya que el país “se mantiene fiel a sus principios y dará cobijo a quienes lo merecen”. Merkel dijo entonces que los refugiados que cometieron actos de violencia "se burlaron del país del que recibieron ayuda y voluntarios y que les dio refugio de las zonas de guerra".
Hace once meses “Dije que Alemania era un país fuerte –prosiguió Merkel-. Hemos hecho muchas cosas y hoy sigo pensando que lo lograremos. No dije que sería fácil, pero lograremos superar este desafío. Estamos ante una prueba histórica en tiempos de globalización. Hemos hecho mucho en los últimos once meses. Afrontaremos el nuevo reto del terror islámico y lo superaremos: aplicaremos las medidas necesarias, dejaremos claro que queremos dar seguridad a nuestros ciudadanos y queremos dominar el tema de la integración y superarlo”.
El canciller condenó entonces la violencia en Würzburg y Ansbach como "acciones de terror islámico, ataques terribles, opresivos y deprimentes". Ataques que rompen todas las reglas de la civilización llevados a cabo en lugares donde cada uno de nosotros podría estar. Las autoridades harán todo lo posible para esclarecer”.
Merkel presentó entonces un plan de nueve puntos para la seguridad tras la violencia en Baviera. Entre los recién llegados se encuentra una reducción de los obstáculos para la expulsión de los solicitantes de asilo, un "sistema de alerta temprana" sobre la radicalización entre los refugiados y la posibilidad de una intervención del ejército tras grandes ataques terroristas. “Debemos actuar para llenar los vacíos que existen”, reiteró el canciller.
