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Mastercard y comedor escolar: el comercio combate el hambre

El gigante mundial de las tarjetas de crédito ha lanzado un proyecto para llevar 100 millones de comidas escolares a los países más pobres. Asociación con el Programa Mundial de Alimentos y Caritas: las estrategias de marketing se abren al valor compartido. Lo hablamos con el vicepresidente ejecutivo Gaetano Carboni

Mastercard y comedor escolar: el comercio combate el hambre

Alimenta a un niño en la escuela y lo ayudarás a salir del hambre pero en el futuro también de la pobreza, mejorando su salud y educación, también en beneficio de la igualdad de género. Este es el reto lanzado por Mastercard, el gigante estadounidense de los pagos digitales. Y los números son, de hecho, colosales: 100 millones de comidas en la escuela fue la meta, en todo el mundo, lanzada en julio de 2017. Solo Italia donó casi 6 millones de comidas de las 5 previstas, subiendo así al podio, junto con el Reino Unido y Colombia- de la clasificación enteramente dentro de la geografía del grupo de tarjetas de crédito que opera en cerca de cien países. Los datos de 2018 aún no se han publicado, pero Italia debería permanecer entre las tres principales áreas que apoyan la iniciativa solidaria.

Para poder alcanzar objetivos de esta magnitud, Mastercard no opera sola: se vale de colaboraciones y acuerdos con grandes actores como el Programa Mundial de Alimentos, la organización humanitaria más importante y agencia de las Naciones Unidas que trabaja para erradicar el hambre en más de ochenta países y asiste a alrededor de 80 millones de personas cada año. Y, limitado a Italia, de Caritas. El marco en el que se inserta este trabajo, iniciado en 2014, es el de la inclusión financiera y los objetivos de sostenibilidad que recibieron un fuerte impulso del actual presidente y director ejecutivo Ajay Banga, decidida a combinar los objetivos de expandir el negocio de Mastercard a nivel mundial con el de la inclusión financiera de quienes actualmente se encuentran excluidos. Al final, el objetivo más general -con efectos positivos para todos- es el de lucha contra las desigualdades y la reducción de los desequilibrios existentes en el planeta.

ESTRATEGIA Y NEGOCIO PARA SALIR DE LA POBREZA

“Son sobre todo dos – explica Gaetano Carboni, vicepresidente ejecutivo del Departamento de Habilitación de Causas de Mastercard – las líneas de actividad en las que estamos comprometidos. Por un lado tenemos los objetivos de la inclusión financiera, destinado a dar instrumentos de pago a quienes no los tienen. Por el otro seguimos un estrategia de marketing para seguir a nuestros clientes en sus pasiones. Esto genera patrocinios -por ejemplo del festival de Venecia o de la Champions League- pero también el compromiso de responsabilidad civil. Un tema, este último, en el que las mujeres y los jóvenes son especialmente sensibles”.

La tercera "pata" es la Fundación Mastercard que procede de forma totalmente independiente y que está considerada entre las 5 mejores fundaciones filantrópicas privadas del mundo. Cuando Mastercard comenzó a cotizar en Bolsa en 2006, los accionistas, principalmente bancos e instituciones financieras, decidieron destinar el 10% de las acciones a la Fundación. De una capitalización inicial de 5 mil millones, rondaba los 500 millones. Hoy ese capital se ha revalorizado hasta los 20 millones, en línea con el crecimiento de la capitalización de Mastercard que ha rondado los 200 millones en doce años. La cifra corresponde a un gigante que supera con creces los 2 millones de tarjetas distribuidas en todo el mundo, con unos 50 millones de establecimientos conectados y 27.000 emisores (entre bancos y otras entidades financieras).

UNA COMIDA EN LA ESCUELA Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE DE LA ONU

Permitir salir de la pobreza y conquistar nuevos espacios para la expansión empresarial: la elección de Mastercard fue combinar sus campañas publicitarias, por ejemplo para la difusión de sistemas sin contacto, con acciones solidarias en los temas de responsabilidad social y Valor compartido. De ahí, entre otras, la decisión de financiar la alimentación escolar que, explica más Carboni, “permítanos enganchar a los primeros cinco dioses 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU para transformar el mundo. En particular, se trata de la lucha contra la pobreza y el hambre, la mejora de la educación, la salud y la igualdad de género. Al proporcionar comidas escolares, podemos engancharnos a los cinco”.

Para llevar a cabo sus campañas solidarias, Mastercard se vale de sus socios (bancos o comerciantes) y organizaciones humanitarias como el Programa Mundial de Alimentos. Para los próximos años también se estudian acuerdos con Save The Children y con Unicef. El dinero para cubrir el costo de las campañas proviene casi en su totalidad de la propia Mastercard y sus socios financieros, pero los clientes individuales también pueden hacer una contribución suscribiéndose a la plataforma especialmente dedicada y en la que, una vez registrados, es posible establecer asignaciones permanentes: por ejemplo 10 centavos – por cada transacción realizada. A partir de ese momento, el gravamen se producirá de forma automática y contribuirá así a engrosar el flujo de dinero destinado a la solidaridad.

SOSTENIBILIDAD: UN VALOR ESENCIAL PARA LAS EMPRESAS

Mastercard no es el único gran grupo que trabaja para alcanzar esos objetivos de sostenibilidad -ambiental, económica, social- que cobran cada vez más importancia para obtener el consentimiento de las poblaciones en un mundo cada vez más desgarrado por conflictos y soberanías. Con los estados levantando barreras defensivas, la contribución de los particulares se ha vuelto cada vez más importante.  Y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que comenzaron a escondidas, están avanzando. Enel ingresó como la primera empresa energética del mundo en la junta de las Naciones Unidas para el Pacto Mundial, pero hay innumerables ejemplos de acuerdos y colaboraciones entre empresas y trabajadores humanitarios. Incluso sectores alejados de las masas, como el sector del lujo, lo tienen en cuenta. Y no es casualidad que Bulgari lleve a cabo un proyecto con Save the Children desde 2009.

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