Han pasado unos días desde que Emmanuel Macron anunció el acuerdo entre el primer ministro libio Fayez al-Sarraj y el general Khalifa Haftar el pasado 25 de julio. E Italia responde. Primero, enviando fragatas para apoyar las operaciones de la armada libia; y ahora, el lunes 31 de julio, con la visita del CEO de Eni Claudio Descalzi que se reunió con el propio al-Serraj en Trípoli.
La reunión "se llevó a cabo en un clima de estima y confianza mutua", subraya como de costumbre el comunicado de prensa de Eni. Y fue una oportunidad "para hacer un balance del desarrollo económico y político de Libia, también a la luz de los recientes acontecimientos que han afectado al país". El mismo día, el director general Claudio Descalzi se reunió con el presidente de la empresa estatal NOC, Mustafa Sanalla.
¿Sobre qué hablaron? De los "posibles desarrollos futuros, particularmente en el sector gasista". Eni es, de hecho, el principal proveedor de gas del país, 20 millones de metros cúbicos por día para las centrales eléctricas, así como el mayor productor extranjero de hidrocarburos en todas las regiones de Libia, lo que representa uno de los principales proveedores de petróleo y gas para Italia y se mantuvo así, aunque en pequeñas cantidades, incluso en los días más difíciles de la guerra civil libia.
Durante la reunión también se trató la segunda fase de desarrollo del campo Bahr Essalam, uno de los campos más grandes de Libia y una importante fuente de suministro de gas para Greenstream. Esta fase implicaría la finalización de 10 pozos marinos, de los cuales 9 ya se perforaron en 2016 y para los cuales Eni se adjudicó el contrato para el suministro e instalación de las estructuras. El primer gas está previsto para 2018.
Todos plazos muy importantes para Eni, pero también para los libios, que disfrutan de una exención de las cuotas de producción de la OPEP.
Eni ha estado presente en Libia desde 1959, donde actualmente produce más de barriles por día 350.000 de petróleo equivalente.
