En medio de tal diluvio de tristes profecías sobre el inminente fin de la moneda única, es agradable escuchar que todavía hay alguien que dice que vale la pena mantener el euro.
El reciente premio Nobel de economía Christopher Sims declaró, en una conferencia en Estocolmo con motivo de la entrega del premio ganado con Thomas Sargent, que Europa necesita mantener el euro, y que el único obstáculo está en una mejor coordinación de los presupuestos públicos (léase: pérdida de soberanía sobre las políticas presupuestarias por países individuales del euro, del mismo modo que perdieron la soberanía monetaria hace doce años).
Sims también ha roto una lanza a favor de los eurobonos, incluso cuando están en marcha las frenéticas negociaciones en Bruselas. De manera más controvertida, Sims también argumentó que una 'unión presupuestaria' debe estar respaldada por un 'euroimpuesto', para reemplazar y no agregar impuestos nacionales, para formar la base de una 'unión de transferencia'.
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