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El euro, la opinión pública y el futuro de Europa. El difícil legado de la crisis

Fue la crisis, especialmente la de la eurozona, la que socavó el apoyo de la opinión pública a la moneda única y la confianza en las instituciones europeas – A la luz de los resultados de las encuestas de opinión del Eurobarómetro, el mapa de la confianza se ha invertido: hoy el Los países del centro y norte de Europa creen en el euro más que los del sur de la UE.

La próxima cita electoral europea vendrá inevitablemente marcada por los profundos cambios que la crisis ha producido en la opinión pública europea. Todos los indicadores de confianza –en las instituciones, en el futuro de la Unión, en la moneda única– registraron descensos significativos durante la crisis, alcanzando en algunos casos mínimos históricos nunca antes experimentados. El primer gran reto al que se tendrán que enfrentar los futuros líderes europeos es el de recuperar la confianza de los ciudadanos, que difícilmente se conformarán con una lenta recuperación y la vuelta a la normalidad. 

Un segundo desafío, en algunos aspectos aún más complejo, es frenar la división de opiniones públicas que la crisis ha puesto de manifiesto. De hecho, aunque generalizada, la caída de la confianza no ha sido uniforme en los países de la Unión. Dada la dimensión específica que ha asumido la crisis en la eurozona, el análisis anterior se ha centrado principalmente en la dinámica de los países del euro. Ha surgido una fuerte diferencia de tendencias entre los países del Norte y los del Sur, que en pocos años ha llevado a una verdadera inversión del "mapa de la confianza pública" en la Unión Europea.

Si en el momento de la introducción del euro los países del Sur eran en general los más simpatizantes de las instituciones de la Unión y los más entusiastas partidarios de la moneda única, hoy parecen ser los menos confiados y menos convencidos de las ventajas de unificación monetaria. En particular, con respecto al apoyo a la moneda única, antes de la introducción del euro y hasta 2003, los ciudadanos del Sur estaban decididamente más convencidos: 60 vs. 45% en 1995; 72 contra 56% en 2000; 75 contra 62% en 2001; 74 contra 69% en 2003. Posteriormente, junto con la ampliación al este de la UE, se produce primero un equilibrio (68% para ambas áreas en 2004) y luego una inversión de posiciones. A finales de 2013, el apoyo al euro en los países del Sur se había reducido al 55 %, frente al 68 % en el Centro-Norte. Por tanto, en los casi veinte años que lleva recogiendo las opiniones de los ciudadanos europeos sobre el euro, no es la primera vez que se registra una divergencia entre las percepciones del Centro-Norte y las del Sur. Por otro lado, podría parecer tranquilizador que algo así ya había sucedido en el pasado y que luego fue superado.

Por otro lado, sin embargo, en ese momento la confianza pública en la UE fluctuó alrededor del 50 %, mientras que hoy está por debajo del 30 %. Además, hoy son los países más en crisis los que menos creen en el euro y en la UE y las uniones -en la vida pero quizás también en la economía- suelen flaquear y llegar a la ruptura porque el partido "en sufrimiento" tiene la percepción de no ser comprendido y escuchado y que no tienes otra opción. Además, el fuerte vínculo entre el apoyo al euro y la fe en el futuro de la UE deja claro que lo que está en juego no es solo la moneda única. En otras palabras, en ausencia de respuestas adecuadas, el riesgo de inestabilidad no afectaría sólo al euro sino a todo el proyecto europeo.


Anexos: El euro, la opinión pública y el futuro de Europa. El difícil legado de la crisis por Antonia Carparelli y Giovanni Ferri.pdf

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