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Las pensiones y el caos que preparan Lega y M5S

El recorte de las pensiones superior a 4.500 euros mensuales, imaginado por Lega y Cinque Stelle sobre la base de un recálculo arbitrario ligado a la edad, está destinado a aumentar los desequilibrios, las injusticias y las contradicciones en el sistema de seguridad social: por eso

Las pensiones y el caos que preparan Lega y M5S

Me interesó el tema de la seguridad social desde 1987, cuando, al incorporarme a la secretaría confederal de la CGIL, se me asignó la responsabilidad de las políticas sociales. Vengo de una experiencia industrial; anteriormente, después de un largo período en Fiom y más de una década en la dirección de una importante estructura regional como Emilia Romagna, había desempeñado el papel de secretario de farmacia. En esa capacidad, negocié con Montedison, junto con las otras organizaciones comerciales de CISL y UIL, el establecimiento del primer fondo de pensiones capitalizado de nueva generación.

Hoy todo el mundo da la bienvenida a las pensiones complementarias, el llamado bienestar de empresa; En ese momento, ese acuerdo fue considerado casi una traición, una violación del sacrosanto principio de la seguridad social obligatoria guardado en el santuario del INPS. Y sin embargo - grandeza de la CGIL de aquellos tiempos - a los pocos meses me convertí en el zorro que cuidaba el gallinero. En realidad pronto me di cuenta de que el sector era tan complicado de manejar, que por lo general los secretarios ni lo intentaban y lo dejaban en manos de unos expertos del aparato que habían hecho ese trabajo toda su vida y que constituían una memoria histórica y un bagaje de habilidades insuperables. Lo mismo sucedió tanto en los partidos de gobierno como en los de oposición (recuerdo a Nino Cristofori por la DC ya Adriana Lodi por el PCI).

Los dos poderosos funcionarios en quienes los sindicatos habían delegado en la práctica la gestión del sector eran Bruno Bertona de la CISL y Carlo Bellina de la CGIL (quien luego se convirtió en mi leal y honesto colaborador, a pesar de la diversidad de cargos). Estaba tan molesto por esa pequeña prueba que sufrí que decidí ponerme en condiciones de administrar el sector (que incluía todas las políticas de bienestar, incluida la atención médica, donde se consideraba políticamente incorrecto, incluso herético, criticar la institución de Servicio Nacional de Salud en 1978, definido por Enrico Berlinguer, "un trozo de socialismo"). Elegido en julio, pasé todo el verano estudiando. Recuerdo apuntar todo en una libreta (que aún conservo) para tener en cuenta conceptos cuya existencia desconocía hasta unas semanas antes. Obviamente me tomó años, más tarde, profundizar en el tema, pero ya pude tomar ideas a mi regreso en septiembre.

Las pensiones, entonces, han sido un componente esencial de mi vida. Trabajé ininterrumpidamente durante treinta años (tomé interés por las políticas laborales nuevamente después de la muerte de Marco Biagi) en varios roles (sindical, administrativo, político, estudio) hasta que me apasioné por el tema, creo, entendiendo ampliamente anticipar la importancia que el tema adquiriría en la vida pública y privada y en el debate político. Las pensiones han sido el salvavidas que me ha permitido volver a la superficie después de cada derrota (y ha habido muchas). Paso con cierta exageración a ser uno de los principales expertos en el tema, he escrito miles de artículos y ensayos y al menos una docena de libros. En todo este tiempo estoy orgulloso de haber luchado, siempre derrotado, contra un enemigo acérrimo al que atribuyo la principal responsabilidad de la crisis del sistema de pensiones italiano: la jubilación por antigüedad o la institución que permite la jubilación anticipada a la vejez.

He hablado tantas veces del tema que pretendo evitar repetirme a mis 25 lectores. Me limito a repetir las consideraciones realizadas al respecto por Fabrizio y Stefano Patriarca en un ensayo que describe de forma concisa y clara los fracasos que ha producido la jubilación anticipada. En Italia se trabaja menos años, se pagan más pensiones, para una esperanza de vida entre las más altas del mundo (los aspectos demográficos están completamente ausentes en el destartalado debate abierto en los últimos años sobre el tema de las pensiones). Pero aún no hemos llegado al final de la historia. Entre 1998 y 2014 se pagaron en Italia más de 7 millones de pensiones de vejez y antigüedad. De ellos, 3,5 millones son de vejez para un total de 33 millones, con una pensión media de 750 euros al mes y una edad media de acceso al tratamiento de 63 años.

Por otro lado, se pagaron 3,6 millones de pensiones de vejez en el mismo periodo, con un gasto acumulado de 76 millones, una pensión media de 1.616 euros mensuales y una edad de acceso de 58 años. Así, hasta 3,6 millones de personas con una edad promedio de 58 años recibieron pensiones de nivel medio-alto, equivalentes a más del doble de las pagadas, en promedio cinco años después, a quienes se jubilaron por vejez. Aún más sensacional es otro hecho contenido en el ensayo. En 2001, la partida de gasto más alta se refería a las pensiones de vejez (61,7 58,2 millones) frente a 104 23 millones para las prestaciones de vejez; en la década siguiente la estructura del gasto cambió profundamente: el de las pensiones de vejez aumentó en un 89%, mientras que el gasto por vejez en un 60%. En los años del nuevo siglo hubo un aumento del gasto de alrededor de 14 mil millones, de los cuales XNUMX mil millones son atribuibles a mayores cargos por prestaciones de vejez, mientras que la contribución a la
crecimiento debido a la vejez (la parte residual se atribuye a los otros tipos).

La incidencia del gasto en pensiones para las personas de entre 55 y 64 años es ligeramente inferior al 4 % del PIB en Italia (frente al 2,2 % de la media europea). El impacto de la jubilación por antigüedad sobre la deuda pública en la década de 2000 se puede estimar en alrededor de 30 puntos de deuda superior al PIB en 2012. In cauda venenum, los Patriarcas también niegan las teorías acomodaticias según las cuales la jubilación anticipada serviría a las categorías de trabajadores con Acceso temprano al mercado laboral. De hecho, entre 2008 y 2012, de los 988 nuevos pensionistas de antigüedad, sólo el 44% estuvo por debajo de los 1.500 euros mensuales para un gasto total de 6,2 millones, equivalente al 26% del total. En esta audiencia, los empleados privados representaron el 18% con gastos equivalentes al 10% del total. La mayoría de las pensiones de vejez (55%) recibieron pagos superiores a 1,5 mil euros mensuales por un monto equivalente al 75% del total.

Incluso haciendo uso de datos más recientes, la sustancia no cambia: en el stock, público, privado y autonómico, ya hay 5,8 millones -para una carga anual de más de 90 mil millones- de trabajadores (el masculino se usa en un sentido porque son los hombres quienes se acogen a ella) pertenecientes a las generaciones del baby boom, capaces de llegar -por su posición en el mercado laboral- a la cita con la jubilación en posesión de un historial de cotizaciones correspondiente a los requisitos exigidos, pero a una edad cercana a los 60 años y ante una esperanza de vida destinada a alargarse aún más. Incluso la reforma que lleva el nombre de Elsa Fornero no logró “superar” las pensiones de vejez: se limitó a redefinirlas como “pensiones de vejez anticipadas”, para aplicar al requisito de cotización exigido (esta fue la medida más efectiva) el aumento automático resultante de la dinámica de la esperanza de vida (sus antecesores se habían limitado a aplicarlo sólo a la vejez) e insertó un umbral mínimo de edad -62 años- para poder acceder al tratamiento sin incurrir en modestas penalizaciones económicas.

Esta última disposición fue entonces primero suspendida y luego abolida. Tampoco hay que olvidar que las ocho salvaguardias pro-exentas han vuelto a poner en circulación 200 pensiones anticipadas una vez que estén en pleno funcionamiento, pudiendo además hacer uso de los requisitos más flexibles previos a la reforma de 2011. En la 4ª legislatura, el gobierno de Gentiloni elaboró ​​un paquete de medidas "colaterales" (Ape social y empresarial, Rita, protección de las denominadas prejubilaciones) capaz de hacer frente -con discreta generosidad- a los casos y situaciones en los que efectivamente había necesidad de prejubilación, al tiempo que tiempo que permite la posibilidad de un éxodo voluntario (Ape voluntario) facilitado por un préstamo reembolsable en cuotas de veinte años. El cataclismo del XNUMX de marzo que llevó a la coalición amarillo-verde no sólo al gobierno sino al poder puso en el orden del día la "superación" (sustantivos aún más truculentos) de la reforma Fornero.

En las propuestas contenidas en el contrato del Estado, se potencia la antigüedad mediante la posibilidad de aprovechar dos salidas: 100 como suma de la edad registrada y los pagos de cotizaciones (se discutió largamente la inserción de una edad mínima que ahora parece fijada en 62 años) o en su defecto cuota de 41 años (o 41,5) como tiempo de servicio, independientemente de la edad. En esta hipótesis también se ha hablado de un posible techo de 2-3 años para la cotización figurativa, sin darse cuenta de que de esta forma la antigüedad exigida a los trabajadores que han tenido períodos de CIG y a las trabajadoras en el transcurso de su la vida laboral la baja por maternidad se habría aproximado sustancialmente a la medida exigida por la reforma Fornero (en 2019, 43 años y 10 meses para los hombres y un año menos para las mujeres).

Los números y costos de esta operación -sumados a los de la llamada pensión de ciudadanía al estilo "grillino"- son conocidos y reafirmados varias veces al día por las noticias y los titulares de los diarios (aunque sería más prudente esperar a la redacción). de los reglamentos relativos). Si por el contrario queríamos hacernos una idea de cómo van a ser (mal)tratadas las llamadas pensiones de oro (otro pilar de la política social amarillo-verde), se nos facilitó -durante el mes de agosto- con perfil de autoridad a través de la presentación de un proyecto de ley en la Cámara (AC 1071) como primera firma de los dos líderes de grupo de la mayoría (D'Uva por el M5S y Molinari por la Liga). Y aquí el destino me tenía reservada una sorpresa: mis enemigos verdeamarillentos me ofrecieron en bandeja de plata las cabezas de los jubilados de la tercera edad y, en general, de los que se han jubilado con el tiempo (tanto de edad temprana como de vejez) a una edad edad joven/anciana. En este punto –como se decía en las novelas del siglo XIX– es necesario dar un paso atrás y volver a lo escrito en el contrato del gobierno sobre las “pensiones de oro”.

“Para una mayor equidad social, también creemos que es necesario intervenir encaminado a recortar las llamadas pensiones de oro (por encima de 5.000,00 euros netos al mes -que luego pasaron a 4,5 mil, n.d.) no justificadas por las cotizaciones pagadas''. El debate -también en relación a lo establecido para las rentas vitalicias de los exdiputados- se centró entonces en un posible recálculo según criterios vinculados a las cotizaciones pagadas. En los programas de entrevistas de televisión, los acróbatas del nuevo poder repetían una y otra vez que cualquiera que pudiera probar una adecuada cobertura de seguridad social no tenía nada que temer. En cambio, nada de esto. Limitadas a las cuotas abonadas en régimen de salario, las denominadas “pensiones de oro” (por encima de los 90 mil euros brutos anuales como acumulación total de todos los cheques recibidos: cantidad que pasa a ser entonces igual a 4,5 millones netos mensuales), tanto los vigentes, como los desembolsados ​​a partir del 1 de enero de 2019, se penalizarán en relación con la edad a la que se jubiló la persona, comparada con la, vigente en el momento de la jubilación, de la vejez. El nuevo importe corresponderá a la relación entre los coeficientes de transformación previstos para las dos edades cronológicas. Del cacareado recálculo según las cotizaciones pagadas, ya no queda rastro.

En efecto, para tratamientos con efectos anteriores al 1 de enero de 2019, las cuotas de retribución se reducen al resultado de la relación entre el coeficiente de transformación vigente en el momento de la jubilación relativo a la edad del tomador en la misma fecha y el coeficiente de transformación correspondiente a la edad que figura en el cuadro A adjunto a la ley para cada año de inicio de la pensión. El hecho es que la edad que figura en el cuadro mencionado (copia textual de un documento del INPS de 2015) indica requisitos diferentes a los vigentes en el momento de la jubilación. En esencia, para entonces se está llevando a cabo una reforma de la edad de jubilación. Cabe señalar que la edad virtuosa señalada en el cuadro parte de los 63 años y 7 meses en 1974 y llega a los 67 el 1 de enero de 2019. Es entonces cuando se introdujo un requisito personal para la pensión de vejez (igual a 52 años) en además de la contributiva sólo a partir de 1996 y que la pensión de vejez se devengaba hasta 1992 a los 60 años para los hombres y 55 para las mujeres.

Pero no solo existe este aspecto. El pdl D'Uva-Molinari también lanza una clara advertencia a los navegantes que esperan vengarse de Elsa Fornero: “te damos un cupo de 100 con una edad mínima de 62; pero si tienes derecho a una pensión salarial superior a 90 mil euros brutos, ojo. Porque si no tienes 67 años, te lo cortamos". Luego hay algunos errores técnicos obvios. Hablamos indistintamente de 90 mil euros brutos al año y 4,5 mil euros netos al mes: como si la correspondencia entre ambas cantidades fuera indiscutible y si esta correspondencia se mantuviera invariable en el tiempo al margen de los posibles cambios en el régimen fiscal y de seguridad social y lo que sea otra cosa determina la diferencia entre el bruto y el neto. Pero no ha terminado. El escritor expresa dudas justificadas sobre el hecho de que el umbral de 90 euros brutos al año o 4,5 euros netos al mes también se aplique a los tratamientos actuales. Al menos la regla está formulada de tal manera que legitima estas dudas. En esencia, para el pasado, el recorte corre el riesgo de aplicarse a todas las prestaciones de vejez y antigüedad pagadas a una edad inferior a la vejez virtual arbitrariamente indicada en el cuadro A, independientemente de su monto. Veamos por qué con el texto de los apartados 2 y 3 del artículo 1.

2. El recálculo a que se refiere el apartado 1 también se aplica a las prestaciones directas de pensión con efectos anteriores al 1 de enero de 2019. En tales casos, las fracciones retributivas se reducen a la resultante de la relación entre el coeficiente de transformación vigente en el momento de la relativa jubilación a la edad del asegurado en la misma fecha y el coeficiente de transformación correspondiente a la edad que figura en el cuadro A adjunto a esta ley por cada año de inicio de la pensión. En el caso de que la edad de inicio del tratamiento sea superior a 65 años, se deberá utilizar el coeficiente de transformación relativo a esta edad.

3. Para las pensiones que comiencen antes del 1 de enero de 1996, la fecha de jubilación es
aplicar los coeficientes de transformación vigentes hasta la fecha de (etc.).

Es cierto que el título del artículo (Disposiciones para promover la equidad del sistema de seguridad social mediante el recálculo de las cotizaciones de las cuotas de pensión superiores a 4.500 euros mensuales) se refiere explícitamente a las cuotas superiores a 4,5 miles de euros, pero esto es suficiente para cubrir la disposiciones de todo el artículo? A diferencia de lo que ocurre en el apartado 1, en los apartados 2 y 3 ya no se hace referencia a esta cuantía (¿el término “redeterminación” permite también incluir el umbral de la pensión o se limita a la relación entre los coeficientes como se indica a continuación?). Admitido y no concedido que así sea, ¿se puede hablar del euro en años en los que no existía esta moneda sin indicar alguna forma de equivalencia con la lira? Podemos hacer el cálculo nosotros mismos, se dirá sobre la base del tipo de cambio lira/euro. Ciertamente retrocediendo en el tiempo, sin embargo, la equivalencia entre 90 mil euros brutos y 4,5 mil euros netos se vuelve cada vez más complicada, debido a los cambios realizados a nivel fiscal.

Luego está el problema del valor constante de la moneda: una pensión de 8 millones (netos) al mes en los años 70 y 80 era muy superior a los 4,5 mil euros de hoy. Además, los 4,5 euros de hoy en 10 años equivaldrán a la mitad del valor actual. ¿Deberíamos colgarnos de un árbol falso (como el de Navidad) por el pasado y de la plantita de Bertoldo por el futuro? ¿No es adecuado prever mecanismos de equivalencia y revalorización? Además, los 4,5 miles de euros (admitidos y no admitidos que la cifra también se aplica al pasado) ¿se consideran en el momento de la liquidación oa valor de hoy brutos de las revalorizaciones que se han producido entretanto? Para concluir: hubo un período en el que las pensiones bajo los esquemas de Ago no podían exceder, en bruto, los 12 millones al año primero y luego los 24 millones de liras. Hipotetizar que pueda haber tratamientos equivalentes a 180 millones de liras al año y regular de vez en cuando su recálculo es realizar un ejercicio vano e inútil.

La redeterminación afectaría entonces a personas que se vieron obligadas a jubilarse (piénsese en los funcionarios jubilados discrecionalmente de las administraciones al cumplir 40 años de servicio) o personas para las que la jubilación anticipada era una forma de protección (jubilaciones anticipadas por despidos o crisis productiva, los protegidos por el ex Fornero, trabajadores sometidos al tratamiento del amianto o trabajos extenuantes). Estos estarían sujetos al recorte porque la ley por ahora solo salva la invalidez, la reversibilidad y el tratamiento para las víctimas del deber y del terrorismo. Finalmente, el artículo 2 -el colmo de la paradoja- cuestionaría los criterios utilizados para definir el recálculo de las rentas vitalicias de los exdiputados -obra maestra de Roberto Fico- pues no se basan en la edad de jubilación sino en un monto virtual de aportes. ¡Qué historia! Dios salve a Italia. No los italianos, que fueron en busca de estas desgracias el pasado 4 de marzo. ¿Querían la bicicleta? Sigue pedaleando.

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