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Trabajo, Monti: "Espero cerrar"

Reunión a cerrar entre Monti y Fornero con los interlocutores sociales sobre la reforma - El primer ministro espera que esta reunión "sea concluyente o casi" - Pero de momento no hay acuerdo y parece que el Gobierno estudia la posibilidad de llevar la reforma en las Cámaras a través de una ley habilitante - Faltan dos días más: se cierra el jueves

Trabajo, Monti: "Espero cerrar"

"Sería grave no encontrar acuerdo en la mesa de trabajo“. Decir que es Giorgio Napolitano, que ayer por la noche también recibió al presidente Monti y al ministro Fornero en el Quirinale. Que el Presidente de la República sintiera la necesidad de hacer oír su voz en un tema como el de la reforma laboral dice mucho sobre el impacto decisivo que tendrá la reunión de hoy entre el Primer Ministro y los interlocutores sociales para intentar culminar una negociación. cuya extensión "indefinidamente" sería una señal verdaderamente negativa: para los mercados, pero también para la estabilidad del marco político.

Eso sí, el Gobierno ha hecho saber en varias ocasiones que está decidido a llevar a cabo la reforma aunque no haya acuerdo con los agentes sociales. Y ciertamente, incluso en caso de respuestas negativas en la mesa, traerá sus propuestas al Parlamento. Pero tal transición enfrentaría peligrosas incógnitas. Ante todo eso de en manos de una mayoría que ya está sujeta a fuertes tensiones internas en otros temas (Rai y normativa anticorrupción).. Por lo tanto, no hay duda de que el gobierno debe encontrar su ala en su capacidad para mantener unidas a las fuerzas sociales en torno a la reforma laboral. De ahí las palabras de Napolitano, quien también llamó a los gremios a “hacer valer el interés general” del país. Pero de ahí también lo dicho por el propio ministro Fornero, quien, en una conferencia del "Solé 24 ore", explicó que conocía muy bien "el valor añadido" que sería capaz de llevar a cabo la reforma a fuerza del acuerdo en la mesa con sindicatos y empresas.

Un “valor añadido” especialmente político. De lo que se beneficiaría sobre todo el gobierno, lo que evitaría nuevas tensiones y fibrilaciones entre y en los partidos que lo apoyan. No hay duda de que la falta de acuerdo crearía serios problemas especialmente para el Partido Demócrata. Bersani gastó mucho para convencer a la CGIL de que aceptara que la discusión era transversal, llegando incluso a tocar el artículo 18. Pero los problemas no preocuparían solo a Pd, dado que Casini por el tercer polo e incluso Alfano por el Pdl también consideran el acuerdo como la principal opción para sacar adelante la reforma. Por supuesto, hay algunas señales preocupantes. Ciertamente ni a Camusso ni a Cigil les ayuda el anuncio de una huelga de dos horas hoy por parte de Fiom para protestar contra cualquier cambio en el artículo 18. 

Así como es sabido que sobre la flexibilidad de entrada y sobre la superación de los llamados contratos atípicos (los de los trabajadores precarios) no faltan las reservas y resistencias de las empresas. Pero en este punto la palabra está en la mesa donde se reunirán esta tarde el Primer Ministro Monti, el Ministro Fornero y los representantes de los interlocutores sociales. El acuerdo será posible si, como espera el Jefe de Estado, tanto los gremios como las empresas, negociando hasta el último minuto, son capaces de hacer prevalecer el "interés general del país". A lo que gran parte de la política y, sobre todo, de la acción gubernamental, sólo recientemente ha vuelto a prestar la debida atención.

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