Las esperanzas de cambio de la Primavera Árabe, al menos en Libia, parecen confirmarse tras las primeras elecciones libres de los últimos 60 años y gracias al desempeño del sector petrolero y los planes estatales de desarrollo.
El deseo de democracia del pueblo libio surgió claramente de la alta participación en la elección de los miembros del Congreso Nacional General que reemplazará al Consejo Nacional de Transición que ha dirigido el país desde el comienzo de la guerra civil. Los resultados muestran la victoria de la coalición liberal sobre los grupos musulmanes. La Alianza de Fuerzas Nacionales, de hecho, obtuvo 39 de los 80 escaños reservados a los partidos frente a los 17 de los Hermanos Musulmanes. Este es el peor desempeño electoral de los partidos confesionales en los países de la Primavera Árabe.
Jibril, el ex primer ministro interino y líder de la NFA ha anunciado la apertura al diálogo entre las fuerzas políticas para la composición de un gobierno de unidad nacional. A pesar del resultado de las elecciones, la balanza dentro de la Asamblea sigue en equilibrio. De hecho, la Asamblea está compuesta por 80 miembros pertenecientes a partidos políticos y 120 candidatos independientes, lo que hace prácticamente imposible predecir qué tipo de mayoría se creará. Uno de los grandes problemas que deberá afrontar la nueva Asamblea serán las reivindicaciones federalistas reivindicadas sobre todo por Cirenaica tras el reparto de escaños por motivos demográficos que penalizó a la región más rica del país.
Las buenas noticias para los libios provienen no solo del ámbito político y administrativo, sino también de la economía. De hecho, en 2012 el PIB del país volvió a crecer, tras el hundimiento de la guerra civil, sobre todo gracias al impulso del sector petrolero (que volverá a los niveles anteriores a la crisis a finales de año) y al gasto público planes De hecho, el Gobierno ha preparado para 2012 un plan de gasto de unos 21 millones destinados a mantener los subsidios alimentarios y energéticos y aumentar los salarios públicos; a esta cifra hay que sumar los 12 millones destinados a proyectos de reconstrucción. Los planes a mediano plazo se enfocan en fortalecer la infraestructura y el sector financiero para aumentar la diversificación y garantizar una mayor independencia de las tendencias del sector petrolero.
En cuanto al clima de negocios, ha habido una mejora importante debido a la eliminación gradual de las sanciones internacionales y los cambios regulatorios sobre medidas restrictivas contra las personas naturales y jurídicas asociadas al régimen anterior. Sin embargo, la persistencia de situaciones de tensión y violencia entre tribus y regiones aún no garantiza un nivel de seguridad que permita a las empresas extranjeras invertir sin molestias.
