La Juve disfruta, el Inter se hunde. El Derby de Italia no dio sorpresas: ganó el más fuerte, sin peros. Los bianconeri volvieron así a la senda del triunfo tras los empates con Bologna y Bayern y ampliaron en 4 cuerpos la ventaja sobre Napoli, obligados a responder para no desligarse, quizás definitivamente, de la lucha por el Scudetto. Tarde en cambio para los nerazzurri, la enésima derrota de este desconcertante 2016: del 20 de diciembre a hoy han pasado poco más de dos meses pero parece una eternidad.
El primer puesto prenavideño se ha convertido en un quinto, además con el Milan ahora muy cerca (-1) y el puesto de Champions, el objetivo mínimo marcado por Thohir, está a 5 puntos (7 si la Fiorentina ganara esta noche). En la víspera, Allegri y Mancini habían dicho que la clasificación, en estos juegos, no cuenta tanto: la brecha, sin embargo, fue evidente desde el principio. La Juventus podría haber encontrado la ventaja en el 5' si Hernanes, que ocupaba el lugar del lesionado Marchisio, no hubiera encontrado en su camino al gran Handanovic de siempre.
Otros 2' y Dybala tenía el gol, otros 2 más y era el turno de Mandzukic: en definitiva, el inicio fue muy fuerte para los blanquinegros. Pero luego el Inter, alineado por Mancini con un inédito 3-5-2, compactó y aguantó el impacto de la Juve hasta el final de la primera parte. Pero luego, como suele pasar en veladas como estas, he aquí el episodio decisivo para barajar las cartas: tiro libre de Dybala, torpe rechace de D'Ambrosio sobre Bonucci, coordinación perfecta y gran derechazo detrás de Handanovic (47').
El 1-0 puso el partido cuesta abajo y Allegri, obligado a sustituir a Chiellini (nuevo problema para él) con Rugani ya en la primera parte, supo gestionar la posesión del balón y los contragolpes. Por su parte, Mancini intentó barajar las cartas: Medel y Telles fuera, Ljajic y Perisic adentro con la consiguiente transición a un 4-2-3-1 mucho más ofensivo. Sin embargo, las ocasiones reales no llegaron y la Juve, sin especial esfuerzo, adormeció el partido y lo cerró con el penalti de Morata (84', falta de Miranda sobre el mismo español).
“Jugamos un muy buen partido, estamos felices – explicó Allegri. – Al hacerlo, ha llegado una victoria muy importante para la clasificación, miraremos a Napoli con la conciencia de que, pase lo que pase, seguiremos siendo primeros ". El ambiente del Inter es decididamente menos sereno, ahora lidiando con una crisis que parece irreversible. Mancini prefirió no aparecer frente a los micrófonos (sin polémica sino sólo fiebre y dolor de garganta) y en su lugar habló Ausilio, muy duro con sus jugadores.
“Una situación como esta es inaceptable, tenemos que volver a subirnos a la bicicleta – pensó el director deportivo nerazzurri. – Esperaba mucho más de algunos muchachos, se habla mucho de nuestras carencias pero yo digo que hace falta sacrificio, cojones y carácter”. Por un lado alegría y satisfacción, por otro enfado y desconcierto. Consecuencia lógica del Derby de Italia, un partido que puede condicionar una temporada como pocas.
