Sólo un remate de Dani Alves desviado por Goldaniga en la primera parte de la segunda parte dio a la Juve una preciosa pero muy dolorosa victoria ante un excelente Palermo que aguantó muy bien al primero de la categoría.
La actitud de la Juve no fue la mejor y la rotación (no hubo Dybala) y las lesiones (primero Rugani y luego Asamoah) complicaron mucho más la vida de la Juve, que se encontró ante un equipo en plena forma del nuevo entrenador De Zerbi y nunca bajo las garras de complejos de inferioridad.
A pesar de algunos intentos fallidos de Higuaín y Mandzukic, la Juve tuvo que esperar hasta el segundo tiempo para pasar pero nunca logró cerrar el partido y tuvo que sufrir hasta el final. Excelente como siempre Bonucci y Barzagli en defensa, Pjanic insuficiente en el centro del campo y Cuadrado muy decepcionante. El delantero Higuaín y Mandzukic se han unido mucho, pero han sido útiles para defender el liderato.
Lo único importante para la Juve era ganar y ahora la cabeza de los bianconeri ya está en Zagreb donde el martes se enfrentarán al Dinamo en la Champions League.