comparte

Inter, China cambia de rumbo. Y el sistema está en un punto de inflexión

La salida de Suning de los nerazzurri podría ocurrir rápidamente. Pero son muchas las señales que alarman a un sector llevado a juicio por el Covid. La crisis no parece temporal sino sistémica y se necesitan contramedidas

Inter, China cambia de rumbo. Y el sistema está en un punto de inflexión

Quizá no se equivoquen quienes sospechan que el demonio de la inflación está a punto de despertar. El Financial Times revela hoy que el grupo Suning, propietario del Inter, ha iniciado varias negociaciones bajo la dirección de Goldman Sachs para vender la participación en "Nerazzurri", la empresa que tiene el control de la participación mayoritaria en el Inter sobre la base de una valoración de 900 millones de euros. No está claro si la oferta se refiere a la totalidad de las acciones o solo al 68,5% que controla el grupo en manos del magnate de los electrodomésticos o también al 31,5% en manos de LionRock de Hong Kong.

Se sabe con certeza que Suning, bajo la presión del Partido Comunista Chino (o incluso por problemas relacionados con las participaciones no industriales del grupo) ha apretado los grifos, hasta el punto de que el equipo se queja de los atrasos salariales: los dos impagados en 2020 corren el riesgo de sumar dos más. De ahí la sensación del FT de que la negociación entablada por la privada BC Partners y la escandinava Eqt puede materializarse en unas pocas semanas. En este caso, el fútbol milanés, el más codiciado por los inversores por la posibilidad de entrar en la negociación del nuevo estadio (es decir, de la inversión inmobiliaria más importante de la metrópolis, por un valor estimado de 1,3 millones de euros), acabará en manos de operadores financieros internacionales.

Mientras tanto, señala el diario City, La cesión de los derechos comerciales en la Serie A parece estar en marcha al fondo CVS ya Avent International, una operación de 1,6 millones de dólares, destinada a cambiar el equilibrio entre los patrocinadores y la federación. Lo mismo que está ocurriendo en Alemania y España donde Bundesliga y Liga lidian con operaciones similares mientras que la Ligue 1 francesa, tras el fracaso del trato intentado en verano con Mediapro, pide a gritos cualquier contrato para evitar la quiebra.

En realidad, la pandemia ha puesto a todos un poco contra las cuerdas, gracias a la pérdida de ingresos de taquilla y al colapso del merchandising. El propio Andrea Agnelli, que sigue la reforma del sistema en nombre de los clubes europeos más importantes, ha vuelto recientemente al poder reclamando un papel más relevante para los profesionales del sector precisamente para evitar una especie de default colectivo.  

Para complicar la situación está la El giro de China. Hasta hace un año Pekín, también por el empuje del presidente Xi Jingping, considerado un gran aficionado, había manifestado intenciones de expansión en el mundo del fútbol, ​​también de cara al Mundial que parecía destinado a aterrizar en el Celeste Imperio tras el Edición Catar. Pero algo ha cambiado, como lo demuestra no solo la retirada de Suning (aparentemente impuesta por la alta dirección), sino también el colapso de los patrocinios que está empujando a los jugadores atraídos por fabulosos contratos a hacer las maletas y volver.

Es más un punto de inflexión para el sistema que una crisis pasajera. ¡Ay de aquellos que no toman las contramedidas apropiadas a tiempo!

Revisión