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El póquer de Marchionne y la revolución automovilística: quién gana y quién pierde

Según el consejero delegado de FCA y Ferrari, el coche está en vísperas de un cambio de época impulsado por el coche eléctrico -que sin embargo es "un arma de doble filo"- y por el coche sin conductor -Nuevos protagonistas entrarán en escena y el valor de los motores y las marcas ya no será el que es hoy - Marchionne apostó por un cuatro de ases - EL TEXTO DE LA LECTIO MAGISTRALIS

El póquer de Marchionne y la revolución automovilística: quién gana y quién pierde

Si nuestro país no estuviera asfixiado por el conformismo de lo evidente y lo efímero, por la tiranía de las fake news y las tonterías diarias del Cinco Estrellas y la Liga, tendría mucho que meditar sobre las consideraciones desarrolladas por el director general de Fiat. Chrysler, Sergio Marchionne en su Lectio magistralis con motivo de la entrega del título honorífico en Ingeniería Mecatrónica por la Universidad de Trento (cuyo texto completo se adjunta).

Marchionne, como es su costumbre, va directo al grano y argumenta sin rodeos que el automóvil está en vísperas de un "cambio disruptivo que socavará los paradigmas habituales" y que "estamos en el umbral de la mayor revolución en el mundo de la transporte, al menos desde que el automóvil reemplazó a los caballos y carruajes”. Y confiesa que no tiene una bola de cristal pero que tiene muy claro que el coche eléctrico y el coche autónomo serán “los cambios tecnológicos más significativos que veremos en un futuro próximo”. En ambos frentes, sin saber qué será del automóvil dentro de 10 o 20 años, Marchionne hace un buen uso del pragmatismo, mantiene abiertas todas las soluciones pero nunca pierde la oportunidad de plantear dudas y preguntas: tanto sobre el automóvil eléctrico como sobre el autoconsumo. coche de conducción, sino también el coche producido en serie, que se convertirá cada vez más en una mercancía en la era del coche compartido, frente al segmento Premium y las marcas fuertemente identificativas.

Es evidente que el análisis de Marchionne no es neutral y que, aunque hablando en un lugar académico, no es puramente teórico sino que refleja las propensiones estratégicas que FCA alberga en su seno, con la mirada puesta tanto en una gran alianza como en fortalecer el polo del lujo. en torno a Ferrari con la escisión de Alfa y Maserati. Pero eso no lo hace menos interesante, aunque pone de relieve la ausencia absoluta de fuerzas políticas y sindicales en estas áreas, con muy raras excepciones.

Marchionne no oculta sus dudas sobre el coche eléctrico y lo considera un "arma de doble filo" tanto en términos de costes como de impacto medioambiental. "La verdad -dice- es que por cada 500 eléctricos que vendemos en Estados Unidos perdemos unos 20 mil dólares: una operación que, hecha a gran escala, se convierte en un acto de masoquismo económico extremo". En cuanto al impacto ambiental, “las emisiones de un coche eléctrico, cuando la energía se produce a partir de combustibles fósiles, son como mucho equivalentes a las de un coche de gasolina”.

El enfoque de Marchionne hacia los autos sin conductor también es pragmático, un poco evolutivo y un poco revolucionario porque en realidad "nadie sabe exactamente cuándo aparecerán los primeros autos sin conductor y qué tan rápido se extenderán". Probablemente esto suceda "dentro de una década", pero "el problema de nuestro tiempo -recuerda ingeniosamente el responsable de FCA, citando al poeta Paul Valery- es que el futuro ya no es lo que era".

Lo cierto -añade Marchionne- es que la propulsión eléctrica y la conducción autónoma revolucionarán el mundo del automóvil y que -he aquí el punto crucial- "el motor dejará de ser un elemento distintivo" mientras irán apareciendo nuevos protagonistas, como los gigantes de Silicon Valley y no solo eso, que lanzará a los fabricantes tradicionales a una crisis de identidad. Ante este cambio radical “solo hay unas pocas marcas, muy fuertes y muy especializadas, que no se verán afectadas o se verán afectadas parcialmente por esta revolución”. Marchionne tiene en mente cuatro nombres y no los oculta: Alfa Romeo, Maserati, Jeep y Ferrari. Por el contrario –he aquí el otro punto esencial– “en el mercado de masas la marca dejará de ser tan importante”.

“Hoy más que nunca –concluye el CEO de FCA– debemos permanecer abiertos a todo. Incluso para inventarnos desde cero”. Pero dónde late el corazón y cuáles son las propensiones estratégicas de Marchionne se pueden leer a contraluz: una alianza internacional para FCA y un centro de lujo alrededor de Ferrari. Está claro que el juego se ha vuelto global, pero no es irrelevante comprender qué papel podrá desempeñar la industria automovilística italiana.

¿Tiene razón Marchionne al decir que los motores y las marcas (excepto las especializadas) ya no tendrán el peso que alguna vez tuvieron y plantear preguntas sobre los coches eléctricos y los coches autónomos? ¿Qué opinan las fuerzas políticas y las fuerzas sindicales? Afortunadamente, los partidos y los sindicatos no son todos iguales, pero preguntarle a Salvini oa Camusso probablemente sea una pérdida de tiempo. No así para Di Maio: un algoritmo siempre está listo para responder por el candidato principal del Movimiento 5 Estrellas. Del coche sin conductor al político sin pensar, el paso es corto.


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