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El Napoli de Benítez venció 3-1 a la Fiorentina en la final y ganó una Coppa Italia de pesadilla

Benítez se confirma como mago de la Copa (ha ganado 9 en su carrera) y lleva al Napoli al éxito con la Fiorentina - Para los napolitanos es la quinta Copa de Italia - Doblete inicial de Insigne pero la Viola reabre el partido con Vargas: en el segundo tiempo, sin embargo, Ilicic no logra empatar – Di Mertens el tercer gol – Inicio retrasado debido a la violencia fuera del estadio

El Napoli de Benítez venció 3-1 a la Fiorentina en la final y ganó una Coppa Italia de pesadilla

Al final ganó el Napoli, pero las ganas de celebrar no son tantas. De hecho, más que por el 3-1 final, el partido ante la Fiorentina pasará a la historia por lo ocurrido fuera del campo. Todo sucedió ayer en la ciudad de Roma y el partido, lamentablemente, fue solo un escenario. La imagen es más como un boletín de guerra y esta vez sin exagerar: ¡hay 3 personas en el hospital con heridas de bala! Uno de ellos, Ciro Esposito, de 30 años, incluso se está muriendo.

La comisaría ha adelantado que la triple herida, por parte de un comerciante, no está vinculada a enfrentamientos entre hinchas, pero eso no cambia mucho el fondo. Una vez más un partido de fútbol se ha convertido en un salvaje oeste, en el que la afición organizada ha mantenido en jaque a las instituciones. Es emblemático lo ocurrido en torno a las 21, hora que, en los pronósticos de la víspera, debería haber sancionado el inicio del partido. En cambio, Marek Hamsik, capitán del Napoli, se vio obligado a tratar con el jefe de los ultras azules, inicialmente opuesto a que se jugara el partido.

Y luego el lanzamiento de bombas de humo (una golpeó a un bombero), abucheos en el himno nacional, todo bajo la mirada atónita del primer ministro Matteo Renzi y numerosas figuras destacadas de la política, las fuerzas del orden y el deporte. Un final indigno para una jornada absurda, marcada por enfrentamientos en varios puntos de la capital, pero también en los restaurantes y áreas de descanso de la autopista. Y luego llegó el partido, que empezó con 45 minutos de retraso y al menos supo dar un toque de color a un sábado más negro que nunca. Napoli ganó, pero la Fiorentina tiene todo el derecho a comerse las manos. El problema para los Viola, que son en gran medida maestros del partido, fue su enfoque.

Demasiada tensión, quizás también por la aglomeración previa al partido, pero también muchas ausencias de peso, sobre todo de Cuadrado. Así arrancó la Azzurri con el pie en el acelerador, cosechando los mejores frutos desde el primer momento. En el minuto 12 Hamsik roba el balón y sirve a Insigne, que vuelve por la derecha dejando escapar la especialidad de la casa: un tiro redondo y Neto goleado (1-0). La Fiorentina se ve obligada a descubrirse a sí misma y el Napoli, como sabemos, acude a una boda en los espacios. En el 17 Higuaín descuelga otro balón y se lo deja de nuevo a Insigne, cuyo disparo acaba en la red tras un ligero desvío. El 2-0 parece ser el preludio de un gol azzurro, en cambio aflora el orgullo de la Fiorentina. Que en el minuto 28 reabre el partido con la premiada empresa Ilicic-Vargas: el primero remata, el segundo anota.

El segundo tiempo lo marcan los Viola que logran cerrar el Napoli en su propia mitad. El problema es la falta de hombres del área y Montella intenta remediarlo metiendo a Rossi (que vuelve tras la mala lesión de enero) y Matri. Los azzurri sufren y en el 79' se quedan con diez por una tonta falta de Inler. El asedio continúa y no se materializa en goles solo por la imprecisión de Ilicic, que devora el balón para poner el 83-2 en el 2'. Y así Napoli, según la más antigua de las leyes del fútbol, ​​castigó a los derrochadores florentinos con Mertens, que cerró las cuentas en el descuento. Así termina 3-1 y con la Copa de Italia a los Azzurri, el epílogo de una temporada positiva para De Laurentiis y Benítez. Pero la fiesta se ve empañada por la absurda tarde romana, la vergonzosa tarjeta de presentación de nuestro país.

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