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Los talibanes prometen amnistía y no venganza, pero ¿quién confía en ellos?

El nuevo régimen de Kabul intenta darse una imagen más moderada, pero algunos testimonios hablan de redadas y tiroteos con Kalashnikovs

Los talibanes prometen amnistía y no venganza, pero ¿quién confía en ellos?

Lo que empieza en Kabul parecería, al menos en palabras, un régimen talibán 2.0. En efecto, los nuevos amos de Afganistán han prometido una actitud más suave y diplomática: amnistía para quienes han colaborado con las fuerzas occidentales, ninguna venganza sobre la población y menos aún sobre las mujeres, que por el contrario se involucrarán en la organización pública, aunque en cumplimiento de las estrictas reglas de la sharia (sin el burka, el hiyab es suficiente). Ayer mismo salió al aire un programa de televisión conducido por una mujer que entrevistó a uno de los líderes talibanes: para unos fue una provocación, para otros un intento de distensión y ganar crédito como moderados frente a la opinión pública local e internacional.

Una apertura en la que China, pero también Rusia y Turquía quieren creer -aunque con diferentes matices y motivaciones- que hablan de "mensajes positivos". Mientras que Occidente se mantiene cauteloso y escéptico, empezando por la OTAN y la Unión Europea. “Me parece que son los mismos de antes, pero hablan mejor inglés”, comentó el alto representante de política exterior de la UE, Josep Borrell. Mientras que ACNUR asegura que "se controlará cuidadosamente si estas promesas se cumplen o se rompen". De hecho, algunos testimonios hablan de los talibanes que asaltan la capital casa por casa buscando ajustar cuentas o tomar mujeres como botín de batalla. Desde el hospital de Urgencias, fundado por Gino Strada en 1998 y que seguirá funcionando incluso con el régimen talibán, llegan testimonios de varios muertos y heridos, no sólo tras los sonados accidentes del aeropuerto sino también por algunos tiroteos, según a los informes con Kalashnikovs.

Mientras tanto, Europa se organiza, sobre todo, para el que será el mayor reto: el diálogo con el nuevo gobierno y la gestión de los flujos migratorios. el primer ministro Mario Draghi lanzó un eje con Angela Merkel y dijo estar seguro de que la Unión Europea también estará a la altura de los próximos desafíos: “Todos somos conscientes de que la cooperación es absolutamente necesaria para abordar dos objetivos: la recepción y la seguridad”.

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