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Grecia: todas las impropiedades del gobierno de Tsipras en el referéndum

La mayoría de los griegos, que no conocen Internet, desconocen el texto de las verdaderas propuestas europeas, que solo están publicadas en la web de Goveeno Tsipras que, hasta hace tres días, había publicado un texto incorrecto y más favorable al No – Contratación de clientes de última hora y la imposibilidad de votar en el extranjero.

Si hubiera observadores internacionales imparciales, es probable que tuvieran muchas razones para censurar la conducta del gobierno de Tsipras en el referéndum a favor o en contra del plan europeo del 5 de julio.

Olvidémonos del tiempo limitado entre la convocatoria y la celebración del referéndum que dificultó brindar información correcta a los votantes, pero hay más de qué quejarse.
 
En primer lugar, al menos la mitad de los votantes no conocen las verdaderas propuestas europeas sobre las que votan: la razón es sencilla porque Grecia es uno de los países más atrasados ​​en el uso de Internet y el texto de las propuestas está sujeto a un referéndum solo se publica en el sitio web del Gobierno, que la mayoría de los griegos no verán ni podrán leer. Pero hay más, como documenta Federico Fubini en el "Corriere della Sera".

Hasta hace tres días, el texto de las propuestas europeas publicado en la web de Goveno estaba errado porque había sido mal traducido del inglés y se olvidó un imprescindible "no", invirtiendo el sentido de una frase que habría hecho más favorable el plan europeo final a Grecia pero que no aparecía correctamente en la web de Goveno. Solo después de tres días de informes, Goveno Tsipras decidió corregir el texto antiguo en su sitio y publicar el correcto, que probablemente aquellos que lo descargaron previamente nunca lo verán porque no lo notarán.

Además, al gobierno griego no le faltó nada en operaciones de última hora, como la gratuidad del transporte público en la última semana o la recontratación de 230 empleados en el metro de Atenas y la de 1.293 conserjes en colegios.

Ni siquiera bromean los partidarios del Sí, si es cierto que muchos empresarios pesados ​​habrían recomendado, de forma un tanto chantajeadora, a sus empleados votar por Europa para no correr el riesgo de no ver el próximo sueldo.

Por último, ningún voto para los 200 griegos en el exterior: a diferencia de lo que suele ocurrir en las elecciones políticas, no podrán votar en las embajadas, pero en una consulta cuyo resultado depende de unas decenas de miles de votos, esta no es indiferente. Tampoco lo es el hecho de que la boleta electoral favorezca gráficamente al No sobre el Sí. Con el debido respeto a la imparcialidad

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